El Romanticismo es un movimiento cultural que se originó en Alemania y en Reino Unido a
finales del siglo XVIII como reacción revolucionaria contra la Ilustración y el Neoclasicismo,
poniendo como tema prioritario los sentimientos. Se considera como el primer movimiento
de cultura que se dio en toda Europa. Este movimiento duro aproximadamente de 1800 a
1850. Luego de este periodo cedió su lugar al positivismo, que fomenta el pensamiento
crítico y el empirismo como bases del conocimiento y la sociedad.
El romanticismo es una vía de escape para las jóvenes generaciones que aspiran
a encarnar los principios revolucionarios Lo romántico designaba lo subjetivo
desligado de toda autoridad, la disolución de los limites y de las leyes clásicas
entre los géneros: encarnó, por tanto, las ideas de lo fantástico, lo sensible, lo
onírico y lo nostálgico.
El sentir romántico se origina en el descontento con el
presente y la convicción de que en el pasado se
encuentran los auténticos valores de los pueblos
Características
Valora la originalidad
Es nostálgica por el pasado
Es rebelde ante las reglas del arte y la literatura
Exalta los sentimientos y la subjetividad
Atribuyen a la fantasia
Rechaza al neoclasicismo y a la Ilustración
Defiende el liberalismo
Mayores exponentes del romanticismo
Víctor Hugo
Mary Wollstonecraft (Mary Shelley)
George Gordon Byron
William Blake
Charlotte y Emily Brontë
El romanticismo ingles
El romanticismo inglés inicia en 1798 con las Baladas líricas,
compuestas por dos autores, William Wordsworth y Samuel
Coleridge. El prólogo de esta obra está considerado como el
manifiesto del Romanticismo inglés. Sus poesías, de lenguaje sencillo,
reflejan el misterio y la emoción de la naturaleza
Rechaza la sociedad burguesa y su nuevo lenguaje
literario se basa en el sentimiento y en lo
irracional.
El romanticismo y Frankenstein
Frankenstein es una de las
obras literarias mas
destacadas del romanticismo.
En el romanticismo destaca la aparición de
ruinas, como muestra del “sentimiento de no
plenitud” de los autores de este movimiento. En
la obra de Mary Shelley encontramos como
ejemplos de ruinas el laboratorio, el cementerio
y el propio rostro del monstruo.
La vida del monstruo surge del desprecio, el vicio, el crimen, el
terror y la desesperación.