EL ACTO DE COMUNICACIÓN Y
LOS LENGUAJES EN LA
CONSTRUCCIÓN DEL DISCURSO
Entendemos la
comunicación como una
relación de coincidencias de
saberes entre un actor y un
supuesto interlocutor.
Entre mas se comparta
con el tema más puede
entender el planteamiento
de su autor.
Al escribir una noticia en un
periódico que luego es leído por
alguien, reconocemos que hubo
una comunicación, lo mismo
sucede cuando conversamos con
alguien o cuando chateamos.
El acto de comunicación es
posible porque el locutor tiene un
dominio de experiencias, saberes y
maneras de percibir el mundo que
le definen su personalidad.
El dominio es la disponibilidad
y disposición de conocimientos,
de aspiraciones y modos de
vida, de apreciaciones y modos
de verse y apreciar a los demás,
lo que habilita al comunicador
para la comunicación.
El ámbito de la comunicación
se refiere a los saberes
comunes a una actividad más o
menos estereotipada dentro
de la cual se realizan los actos.
El marco son los límites
establecidos en la unidad textual
para fijar criterios de coherencia
y de cohesión.
Las tecnologías y la naturaleza de los medios en la
comunicación son muy variadas y esta encuentra
posible su realización en una gran variedad tales
como sonidos, colores, formas, ubicaciones,
movimientos, olores, sabores; organizados en
sistemas simbólicos, naturales o espontáneos,
mostrados como indicios o pistas.
El discurso es la organización
significante utilizada para actuar
significativamente en función de
un interés, deseo, o propósito y
con un sentido buscado.
Los discursos de la cotidianidad
tienen en común que constituyen
su sentido con los contextos o
situaciones inmediatas en los
cuales se presentan las
comunicaciones que los originan.
El discurso es un medio de relación y significación
del acto de la comunicación, es la organización de
significantes verbales o de otra naturaleza, en el
que se conjugan en el contenido los múltiples
discursos o voces presupuestas, implícitas o
explícitas por las relaciones mantenidas con los
locutores e interlocutores en cuanto hacen parte
de una historia, de unos intereses pragmáticos o
ideológicos y políticos.