Se trata de un hecho humano específico que consiste en el
reconocimiento y aceptación por parte del hombre de una
realidad suprema que confiere sentido último al mundo, al
hombre y a la historia, que es la última respuesta al
interrogante del hombre sobre sí mismo y sobre el mundo.
La psicología religiosa estudia el modo de
situarse el ser humano ante Dios, así como las
expresiones de esta relación en lo referente a
ideas, comportamientos y sentimientos.
Esta experiencia psicológica abarca a la persona
como totalidad, se refiere al sentido último de la
vida y exige una determinada manera de vivir.
El encuentro con la realidad, el no quedarse aprisionado
en la realidad, la apertura a la humanidad en lo que tiene
de universal, y el sentimiento de que la limitación espacio-
temporal no recoge todos los anhelos de la vida humana
son los cimientos de la experiencia religiosa.
Las actitudes surgen y se configuran en las
relaciones en que se desarrolla la vida humana
desde los primeros momentos. Componentes:
Componentes afectivos,
cognitivos y volitivos.
Funciona de manera
interrelacional, dinámica e
intencional.
La actitud religiosa afecta a la persona como totalidad, tanto es
los componentes de la persona como en la referencia al pasado,
presente y futuro, y en la vinculación entre la apertura a Dios
como fundamento de lo humano y las relaciones interhumanas.
La experiencia de conversión, clave de la actitud
religiosa. La conversión supone un salto cualitativo en la
vida de la persona ya que comporta la reorganización en
la manera de ver la realidad y la reestructuración de su
personalidad en criterios, actitudes y comportamientos.
Es necesario releer el pasado con nuevas
claves y asumirlo para poder transformar el
presente y el futuro; las grandes cuestiones de
la fe encuentran su mejor acomodo cuando se
hacen realidad en la historia personal.
Para que la actitud religiosa llegue a madurar plenamente necesita
acoger la novedad con que Dios se ha manifestado, superando toda
proyección antropomórfica, y sentir a Dios como el fundamento de
la autonomía humana que dota a la persona y a las relaciones de
valores capaces de hacer un futuro mejor para todos.
Tres componentes importantes
de la actitud religiosa:
Hecho humano específico:
La religión es una actividad exclusivamente
humana, que requiere su inteligencia y voluntad.
Y a la vez es irreductible a cualquier otro hecho
humano, pues supone entender la existencia
desde la perspectiva de la trascendencia.
Realidad suprema:
Se identifica con el Ser Supremo o trascendente,
dotado de una triple superioridad:
Ontológica, porque se trata de un
ser o realidad en grado supremo.
Axiológica, porque se entiende
como el valor supremo.
Personal, porque goza de las características
propias de lo humano en grado máximo.
Esta superioridad es la que le concede un rango que no
es equiparable con nada del mundo o de la realidad
humana. De ahí que se denomine como Misterio.
Función salvífica:
Confiere el sentido último, pues en el encuentro con ella el
hombre alcanza su plenitud y se siente liberado.
Toda religión comporta un clima de optimación en el que el hombre aspira a superar
el estado presente trascendiéndose hacia un estado definitivo o nueva esfera de
realidad considerada como anticipo de la vida definitiva y perdurable.