En el ámbito pediátrico se ha recogido una proporción de casos en torno al
1% con respecto a la población general, teniendo la mayoría de nuestros
pacientes una sintomatología leve, como fiebre de corta duración
La mayoría de los niños que han requerido
atención hospitalaria son los menores de 3 años.
En los casos graves presentan disnea con rápida progresión a síndrome
de dificultad respiratoria aguda (SDRA), shock séptico, acidosis
metabólica, alteraciones en la coagulación y falla orgánica múltiple
En la radiografía de tórax se observan imágenes radiopacas en parches múltiples y
cambios intersticiales en la periferia del área pulmonar, consolidaciones pulmonares
en casos severos, el derrame pleural se observa raramente.
Se considera población pediátrica de alto riesgo a los niños con historia de contacto con casos severos de
COVID-19 y los niños con condiciones subyacentes: cardiopatías congénitas, anomalías del tracto respiratorio,
desnutrición grave, disminución de los niveles de hemoglobina, inmunodeficiencia y estados de
inmunocompromiso, características que presentan con frecuencia los niños con padecimientos hematológicos
Manifestaciones clínicas
Enfermedad leve
Asintomáticos o con síntomas
respiratorios como congestión nasal
y faríngea, rinorrea y fiebre de bajo
grado y de corta duración. RT-PCR
positiva para SARS-CoV-2
Radiografía de tórax normal.
Enfermedad moderada
Neumonía leve. Fiebre,
tos, fatiga, cefalea y
mialgia. Sin otras
complicaciones.
Enfermedad grave
Polipnea (> 70 respiraciones por minuto para < 1 año, > 50 respiraciones
por minuto para > 1 año). Hipoxia. Deshidratación, dificultad para la
ingesta, disfunción gastrointestinal. Daño al miocardio. Elevación de las
enzimas hepáticas. Pérdida de la consciencia, coma, convulsiones.
Alteraciones de la coagulación, rabdomiólisis o alguna otra
manifestación de daño a órganos vitales.
Mas manifestaciones de enfermedad leve a moderada
Enfermedad críticamente grave
Progresión rápida. Necesidad de ventilación
mecánica. Choque séptico. Falla orgánica múltiple.
Coagulopatía/trombosis. Tormenta de citocinas.
Una de las formas más graves es similar a la enfermedad
de Kawasaki (EK), con datos de enfermedad sistémica y
conocido como síndrome pediátrico de inflamación
multisistémica temporalmente asociado a SARS-CoV-2
Sospecha diagnóstica en el paciente pediátrico
Criterios de sospecha
Un niño que presenta fiebre persistente, inflamación (neutrofilia, PCR elevada y linfopenia) y evidencia de
disfunción de uno o varios órganos (shock, cardiaco, trastorno respiratorio, renal, gastrointestinal o neurológico)
con características adicionales. Esto puede incluir a niños que cumplan criterios completos o parciales para EK
Exclusión de cualquier otra causa microbiana, incluyendo sepsis bacteriana, estafilococos o
síndrome de choque estreptocócico, e infecciones asociadas con miocarditis, como el enterovirus.
Las pruebas de PCR de SARS-CoV-2 pueden ser positivas o negativas
Tratamiento de pacientes ambulatorios
Tratamiento de pacientes hospitalizados
Anticoagulación en niños con infección por SARS-CoV-2