Es un enfoque del currículo escolar que se basa en el desarrollo de la capacidad del alumno de reconocer y reflexionar sobre sus propias emociones, relacionarse bien con los demás y ejercer la empatía. Se trata de una herramienta importante para la convivencia escolar y en sociedad del niño
Dimensiones
Nota:
Autoconocimiento: Para desarrollar esta dimensión se necesita cultivar el amor propio, la autoestima, la conciencia sobre las emociones propias, la gratitud y la valoración.
Autorregulación: Las habilidades asociadas en este caso son la metacognición, la perseverancia, la expresión y regulación de las emociones.
Autonomía: Para cultivar la autonomía se necesita la iniciativa personal, la autoeficacia, búsqueda de soluciones ante problemáticas, liderazgo y toma de decisiones.
Empatía: La empatía se basa en el trato digno y compasivo hacia los otros, así como la sensibilidad hacia las personas que sufren exclusión o estigmatización.
Colaboración: Para esta dimensión los niños deben aprender a comunicarse asertivamente, a cooperar, responsabilizarse y resolver conflictos en medio de las diferencias.
Competencias
Nota:
En otro modelo, se proponen 6 competencias emocionales: autoconciencia, expresión emocional, empatía, habilidades sociales, automotivación y autorregulación.