El estrés supone una reacción compleja a nivel biológico, psicológico y social. La mayor parte de los
cambios biológicos que se producen en el organismo cuando está sometido a una reacción de estrés
no son perceptibles para el ser humano y se precisan procedimientos diagnósticos para determinar
el nivel de la reacción. Sin embargo, a nivel psicológico muchos síntomas producidos por el estrés
pueden ser fácilmente identificados por la persona que está sufriendo dichos cambios.
A nivel cognitivo: Preocupación, temor, inseguridad, dificultad para decidir, miedo, pensamientos
negativos sobre uno mismo, pensamientos negativos sobre nuestra actuación ante los otros.
El estrés se entiende como síndrome general de adaptación, que incluye tres fases: de alarma, de
resistencia o adaptación del organismo y de agotamiento, pudiendo, si la amenaza es
suficientemente severa y prolongada, producir la muerte. La respuesta de estrés se da a tres niveles:
fisiológico, cognitivo y motor
Consecuencias: Inicialmente el estrés puede dinamizar la actividad del individuo provocando un
proceso de incremento de recursos (atención, memoria, activación fisiológica, rendimiento, etc.) que
hace aumentar la productividad. Sin embargo, cuando este proceso de activación es muy intenso o
dura mucho tiempo, los recursos se agotan y llega el cansancio, así como la pérdida de rendimiento.