Los personajes están en la cárcel (en dos historias), en la braña (entre los montes de Asturias, lugar inaccesible, sin salida
en el invierno), o en el armario. Esta imagen funciona como una cruel metáfora de la realidad, donde circular libremente es
peligroso o imposible, porque el enemigo puede volver a golpear. En consecuencia el país queda dividido los hombres quedan
encerrados en sus guaridas o son enjaulados por sus enemigos políticos. La libertad no existe para los que tienen distinta
manera de pensar que los vencedores, se humilla y se castiga. La paz después de la guerra se traduce en lágrimas, odio y
muertos. Este movimiento es constante y crea una sensación de ahogo en el lector.
El miedo
Ni siquiera el ganador deja de sentir miedo; nadie que haya vivido una guerra se muestra
indiferente, y no la olvida. EL miedo es algo crónico en el mundo que crea el autor de la novela.
Además existen toros dos elementos que acompañan al miedo: la soledad y el silencio y a su vez,
ambos se relacionan en el tema anterior: el encierro. La comunicación se evita para no tener
problemas, y la soledad es un refugio natural para quien tiene miedo, si bien en estas historias, la
soledad no es voluntaria: está solo el prisionero, el “topo” por temor a que alguien lo delate, el niño
no puede compartir sus vivencias con nadie, la mujer que vive como viuda sin serlo... La soledad se
presenta en sus dos facetas: como una situación física, y como una actitud interior, aún más
dolorosa porque significa la imposibilidad de comunicar tanto desgarro.
Ideología en relación con la literatura
En cuanto a la ideología en relación con la literatura, el autor de esta reseña señala, en primer lugar que lo que
narra una novela puede trasmitirse por los hechos que se narran, como una consecuencia natural de ellos, y
como un mensaje percibido a priori y enarbolado como una bandera. Es esta la diferencia entre una novela y
ensayo político. En Los girasoles ciegos se nota, cierta debilidad hacia el lado republicano (opción literaria de
Méndez, que pertenecía al partido comunista). No obstante, el autor de esta reseña no cree que defienda la
República, sino que universaliza los abusos de los nacionales como abusos de los ganadores, en general. .
Claramente, para Alberto Méndez, más que nacionales y republicanos hay vencedores y vencidos, y el vencedor
es el que tiene el poder y abusa de él. Quizás lo que el autor de la novela quiera indicar es la idea de que
los vencedores siempre son unos pocos aquellos que deciden, en tanto que los soldados participantes en todo
conflicto bélico.
Personajes
importa poco su identidad personal, ya que son ejemplos de los vencidos y funciona más como
símbolos que como individuos concretos. No interesa ni su nombre, ya que representan situaciones
particulares no carácteres concretos. Sin embargo, algunas descripciones algunas descripciones de
Méndez son excelentes, y en ellas se privilegia el aspecto interior del personaje.
Características de los personajes
Los vencidos
Son los olvidados, los proscritos de la memoria colectiva Todos son vencidos dos veces: al perder
la guerra y al ser humillados tras la guerra. Camina desorientados, ciegos, sin esperanza, hacia la
muerte, condenados a vivir sin luz. Constituyen unos personajes sólidos, con historias anónimas
pero ejemplares: se presentan como una norma a seguir. Sus historias representan los desastres
individuales que se muestran bajo el gran caos que supone una guerra. Son republicanos al límite, a
los que la vida ha olvidado no son personajes épicos, sino componentes de la intrahistoria de todo
un grupo que merece ser integrado en la memoria colectiva española.
Los vencedores
Quieren ser dos veces vencedores (al ganar la guerra y al
ensañarse con los vencidos), pero ellos también son vencidos
Hay una galería de tipos de vencedores: 1. El que se ensaña:
Teniente Alonso y Rioboo; 2. El dominante que cree disponer
de la vida y la muerte: Coronel Eymar; 3. El dueño de la
represión: los asesinos de don Servando; 4. El que censura o
dictamina lo que está bien o mal: el Alférez Capellán; 5. La
madre de la venganza: Violeta Eymar.
Estilo
Se comentan las palabras de Juan Herralde, el editor de Alberto Méndez, que señalaba: : “Hay
dolor, pero la belleza formal del texto lo narcotiza”. Lo que es cierto porque pues se percibe el
ritmo envolvente de las frases, las imágenes sorprendentes, el rico vocabulario.Incluso se
encuentra experimentación formal, como en el párrafo en el que, imitando Rayuela, Juan Senra
está escribiendo a su hermano desde la cárcel.
Símbolos
El apretón de manos del Capitán Alegría cuando lo llevan a fusilar (primer relato) significa su
arrepentimiento y su redención.
El Capitán Alegría es el símbolo de un pueblo que lucha contra sí mismo, el símbolo
mismo de la guerra civil.
La samaritana, que es la mujer que le cura las heridas cuando escapa de la muerte, representa la
condición humana capaz de salvarse de la barbarie.
El verso de Góngora: “infame turba de nocturnas aves”, es la desorientación, la confusión y la
pérdida de la esperanza, el camino sin retorno hacia la muerte.
El invierno es, por la falta de calor, la misma muerte, como el frío de la cárcel, con connotaciones
de soledad.
Capitán Alegría: ironía sobre el apellido, que es de lo más inadecuado.
Hermano Salvador: otra ironía, ya que no salva a nadie, ni siquiera a sí mismo, y es causa directa del
suicidio de Ricardo.
Nieve: es símbolo de la mortaja.
Asesinato de don Servando (el maestro del poeta) representa el asesinato de la cultura.
El lobo al que mata el poeta-padre para alimentar al niño: la lucha por la supervivencia, la valentía
que demuestra un hombre cuando lucha por algo que vale la pena.
El lápiz: la compañía, la comunicación, la vida, ya que mientras dure, el poeta
seguirá vivo.
El recién nacido, el chico de las liendres y Lorenzo, el hijo del “topo” son proyectos de vida, capaces
de alegrar un poco a los personajes con los que se relacionan (el padre-poeta, Juan Senra, Ricardo
Mazo y su mujer).
Anotaciones de los cuatro relatos
Primer relato. “Si el corazón pensara dejaría de latir”
El protagonista es el Capitán Alegría. Se rinde a los republicanos cuando los suyos, los nacionales, van a
ganar la guerra, y lo hace por dignidad al pensar que no querían ganar la guerra, sino matar. Cuestiona la
norma de aquellos con los que vive y se entrega por dictados de su moral, y no por ideología. Por tanto, su
derrota es doble: para un bando es el enemigo; para el otro, un traidor, es decir, gana y pierde la guerra al
mismo tiempo. A la vez, remacha una y otra vez que él no es un desertor, sino un rendido, un enemigo de
los republicanos a los que se entrega. A partir de ahí, la muerte le resulta familiar y la vida, insoportable.
El Capitán Alegría busca refugio en el miedo y la soledad , y simboliza, como antes dijimos, la guerra civil
como un enfrentamiento entre hermanos. Su gesto de entregarse es considerado como una victoria de su
lucha interna, “una victoria al revés”, y se entrega porque se da cuenta de que “cuantos más muertos haya,
más gloria tendrá el vencendor.
Segundo relato. "Manuscrito encontrado en el olvido".
El protagonista es el muchacho poeta que muere por fidelidad. También aquí hay parte de la
historia que se ha perdido y que no puede pasar a la memoria colectiva, e incluso el carácter fragmentario del relato, en
forma de diario, no ofrece todas las vivencias del joven, no pudo escribir nada, y eso es también
silencio o mordaza. Se entiende como una escritura reflexiva que desea dejar testimonio. El hecho de que Elena y su hijo, dos
inocentes, hayan muerto –o vayan a morir- derrotados lo desconcierta, y no puede entenderlo. A la vez, la escritura lo salva
del silencio, la soledad y la muerte, y al no poder escribir, el poeta se muere. También a este personaje le pesa la vida, y por
eso se refugia en la escritura como antídoto contra la desesperación. . El muchacho se ve envuelto, sucesivamente, en la
huida, en la derrota, en el miedo,en la soledad y por fin en el olvido. ). Sin embargo, aparece la oposición entre muerte/vida.
Encontramos referencias a la tragedia.
Tercer relato. "El idioma de los muertos"
El protagonista es Juan Senra, profesor de chelo, y muere por decir la verdad. Está prisionero en una
cárcel, pero su juez, el coronel Eymar, le pregunta si conoció a Miguel Eymar, su hijo; Senra se da cuenta de
que tiene que mentir acerca de él porque lo conoció durante la guerra, pero era un ladrón que incluso
traicionaba a los suyos ante la policía y que fue condenado a muerte por sus delitos, pero decir todo eso, la
verdad, no va a salvarlo. así es que inventa una historia de mentiras sobre la bondad y la honradez de
Miguel Eymar para complacer a sus padres, el coronel Eymar y su mujer Violeta. Con esas falsedades logra
convertir al hijo en héroe, e incluso, para la madre, Miguel continúa viviendo a través de la memoria de
Juan; así Senra continúa viviendo unos días más. . Pero después del fusilamiento de su amigo decide contar
la verdad para vengar su muerte, con lo que derrota definitivamente a los padres de Miguel Eymar.
Aparece el tema de la venganza, Todo se reduce a la carcel
Cuarto relato. "Los girasoles ciegos"
Como ya hemos dicho anteriormente, en este relato se combinan tres voces narrativas: la del diácono, la
de Lorenzo adulto y la de un narrador no personal. Las tres se complementan para dar complejidad de los
hechos que se cuentan. Han pasado casi tres años del final de la guerra y encontramos el reflejo de la vida
cotidiana de la España de esa época; es un relato que tiene mucho de literatura costumbrista en cuanto a
las descripciones de formas de vida: la pobreza, el frío, el racionamiento. El cuento se asemeja a una El
tema de la doble derrota, recurrente en los cuatro relatos, aparece en éste con el nombre de venganza,
puerta de bisagras móviles: de un lado, la realidad; de otro, el disimulo. El autor recurre al símbolo del
espejo que divide los dos universos. El tema de la doble derrota, recurrente en los cuatro relatos, aparece
en éste con el nombre de venganza, en Ricardo sólo cuando toma el camino de la valentía tiene que
renunciar a vivir, y con su sacrificio y derrota.