En las células meristemáticas se encuentran proplastos,
que son orgánulos que no tienen ni membrana interna, ni
clorofila, ni ciertos enzimas requeridos para llevar a cabo
toda la fotosíntesis. En angiospermas y gimnospermas el
desarrollo de los cloroplastos es desencadenado por la luz,
puesto que bajo iluminación se generan los enzimas en el
interior del proplasto o se extraen del citosol, aparecen los
pigmentos encargados de la absorción lumínica y se
producen con gran rapidez las membranas, dando lugar a
los grana y las lamelas del estroma
Estructura y abundancia
Los cloroplastos se distinguen por ser unas estructuras polimorfas de color verde, siendo la
coloración que presentan consecuencia directa de la presencia del pigmento clorofila en su interior.
Los cloroplastos están delimitados por una envoltura formada, en la mayoría de las algas y en todas
las plantas, por dos membranas (externa e interna) llamadas envueltas, que son ricas en
galactolípidos y sulfolípidos, pobres en fosfolípidos, contienen carotenoides y carecen de clorofila y
colesterol. En algunas algas, las envueltas están formadas por tes o cuatro membranas, lo que se
considera prueba de que se han originado por procesos de endosimbiosis secundaria o terciaria. Las
envueltas de los cloroplastos regulan el tráfico de sustancias entre el citosol y el interior de estos
orgánulos, son el lugar de biosíntesis de ácidos grasos, galactolípidos y sulfolípidos y son el lugar de
reconocimiento y que contiene los elementos necesarios para permitir el transporte al interior de los
orgánulos
Función
La más importante función realizada por los cloroplastos es la fotosíntesis, proceso
en la que la materia inorgánica es transformada en materia orgánica (fase oscura)
empleando la energía bioquímica (ATP) obtenida por medio de la energía solar, a
través de los pigmentos fotosintéticos y la cadena transportadora de electrones de los
tilacoides (fase luminosa). Otras vías metabólicas de vital importancia que se realizan
en el estroma, son la biosíntesis de proteínas y la replicación del ADN.
Fase luminosa
En la fase luminosa o fotoquímica cíclica interviene de forma
exclusiva el fotosistema I, generándose un flujo o ciclo de
electrones que en cada vuelta da lugar a síntesis de ATP. Al no
intervenir el fotosistema II, no hay fotólisis del agua y, por ende,
no se produce la reducción del NADP+ ni se desprende oxígeno
(anoxigénica). Únicamente se obtiene ATP. El objetivo que tiene
la fase cíclica tratada es el de subsanar el déficit de ATP
obtenido en la fase acíclica para poder afrontar la fase oscura
posterior. Cuando se ilumina con luz de longitud de onda
superior a 680 nm (lo que se llama rojo lejano) sólo se produce
el proceso cíclico. Al incidir los fotones sobre el fotosistema I, la
clorofila P700 libera los electrones que llegan a la ferredoxina, la
cual los cede a un citocromo bf y éste a la plastoquinona (PQ),
que capta dos protones y pasa a (PQH2). La plastoquinona
reducida cede los dos electrones al citocromo bf, seguidamente
a la plastocianina y de vuelta al fotosistema
Fase oscura
En la fase oscura, que tiene lugar en la matriz o estroma
de los cloroplastos, tanto la energía en forma de ATP como
el NADPH que se obtuvo en la fase fotoquímica se usa
para sintetizar materia orgánica por medio de sustancias
inorgánicas. La fuente de carbono empleada es el dióxido
de carbono, mientras que como fuente de nitrógeno se
utilizan los nitratos y nitritos, y como fuente de azufre, los
sulfatos. Esta fase se llama oscura, no porque ocurra de
noche, sino porque no requiere de energía solar para
poder concretarse. Síntesis de compuestos de carbono:
descubierta por el bioquímico norteamericano Melvin
Calvin, por lo que también se conoce con la denominación
de Ciclo de Calvin, se produce mediante un proceso de
carácter cíclico en el que se pueden distinguir varios pasos
o fase
Fotorrespiración
Este proceso, que implica el cierre de los estomas de las hojas como medida preventiva ante la
posible pérdida de agua, se sobreviene cuando el ambiente es cálido y seco. Es entonces cuando el
oxígeno generado en el proceso fotosintético comienza a alcanzar altas concentraciones. Cuando
existe abundante dióxido de carbono, la enzima RuBisCO (mediante su actividad como carboxilasa)
introduce el compuesto químico en el ciclo de Calvin con gran eficacia. Pero cuando la concentración
de dióxido de carbono en la hoja es considerablemente inferior en comparación a la de oxígeno, la
misma enzima es la encargada de catalizar la reacción de la RuBisCO con el oxígeno (mediante su
actividad como oxigenasa), en lugar del dióxido de carbono. Esta reacción es considerada la primera
fase del proceso fotorrespiratorio, en el que los glúcidos se oxidan a dióxido de carbono y agua en
presencia de luz. Además, este proceso supone una pérdida energética notable al no generarse ni
NADH ni ATP