El comercio electrónico consiste
en realizar electrónicamente
transacciones comerciales. Está
basado en el tratamiento y
transmisión electrónica de datos,
incluidos texto, imágenes y vídeo.
El comercio electrónico
comprende actividades muy
diversas, como comercio
electrónico de bienes y servicios,
suministro en línea de contenidos
digitales, transferencia
electrónica de fondos,
compraventa electrónica de
acciones, conocimientos de
embarque electrónicos, subastas,
diseños y proyectos conjuntos,
prestación de servicios en línea
(on line sourcing), contratación
pública, comercialización directa
al consumidor y servicios
posventa.
VENTAJAS
Permite establecer un nuevo canal de
comunicación y conseguir la
“interacción” entre empresas de
distribución o venta y fabricantes o
productores. Muy a menudo es una
comunicación entre pequeños y
grandes, el llamado B2B (business to
business); de la misma manera, el
B2C (business to consumer) es el
responsable de llegar a los
consumidores finales y eso posibilita
la “difusión” del contenido digital de
los productos y servicios con la
oportunidad de lograr más leads
(muy importante, ya que pueden
ayudarnos a conseguir más clientes) .
Pero recuerda que el eCommerce no
es de grandes o pequeños, es de
rápidos o lentos.
DESVENTAJAS
Transmite inseguridad en las transacciones. La presencia del
fraude electrónico no ayuda a la buena marcha de este tipo de
plataformas. Uno de los más frecuentes es el phishing masivo,
también conocido como spoofing, frecuentemente a través de
mensajes que simulan ser enviados por bancos o empresas
financieras con la finalidad de suplantar la identidad del usuario.
Para minimizar este problema, existen pasarelas de pago online
muy seguras y homologadas por los protocolos de Comercio
Electrónico Seguro (CES).
USUARIOS
Afortunadamente, a mediados de junio
entró en vigor una nueva normativa
sobre los derechos de los consumidores
que, aunque no recoge un apartado
específico sobre comercio electrónico,
sí incluye aspectos que le afectan, como
la obligatoriedad que tienen las tiendas
online a partir de ahora de describir
con más claridad las características del
producto y servicio que venden y el
precio final de la compra. Además, se
amplía el plazo de devolución de 7 a 14
días, una reclamación manifestada por
la mayoría de los compradores online.