Al nacer, el mundo se reduce a sus acciones.
Al terminar el primer año ha cambiado su
concepción del mundo y reconoce la
permanencia de los objetos cuando éstos se
encuentran fuera de su percepción. Otros
signos de inteligencia incluyen la iniciación de
la conducta dirigida a un objeto y la
intervención de nuevas soluciones. El niño no
es capaz de representaciones internas.
ETAPA PREOPERACIOANAL
2-7 años
El niño descubre que
algunas cosas pueden
tomar el lugar de otras.
El pensamiento infantil
ya no está sujeto a
acciones externas sino
que se interioriza. Las
formas de
representación internas
que emergen
simultáneamente al
principio de este
período son: la
imitación, el juego
simbólico, la imagen
mental y un rápido
desarrollo del lenguaje
hablado.
ETAPA OPERACIONES CONCRETAS
7-11 años
En esta etapa el niño
se hace más capaz de
mostrar el
pensamiento lógico
ante los objetos
físicos. Una facultad
recién adquirida de
reversibilidad le
permite intervenir
mentalmente una
acción que antes sólo
había llevado a cabo
físicamente. El niño
también es capaz de
retener mentalmente
dos o más variables
cuando estudia los
objetos y reconcilia
datos aparentemente
contradictorios. Se
vuelve más
sociocéntrico; cada
vez más conciente de
la opinión de otro Las
operaciones
matemáticas también
surgen en este
período.
ETAPA OPERACIONES FORMALES
11-15 años
Este período se caracteriza por la
habilidad para pensar más allá de
la realidad concreta. La realidad es
ahora sólo un subconjunto de las
posibilidades para pensar. Puede
pensar acerca de la relación de las
relaciones y otras ideas
abstractas. Es capaz de manejar, a
nivel lógico, enunciados verbales y
proposiciones en ves de objetos
concretos únicamente. Entiende
plenamente y aprecia las
abstracciones simbólicas del
álgebra y la crítica literaria, así
como el uso de metáforas en la
literatura. A menudo se ve
involucrado en discusiones
espontáneas sobre filosofía,
religión, y moral en las que son
abordados coneptos abstractos
tales como justicia y libertad.