Nos pretende enseñar que ciertas
cosas uno puede aprenderlas o no, a
voluntad.
Las cosas o buenas o malas. Cuando se presentan
ambigüedades, es que comienzan las dificultades del
saber vivir y entra en juego la libertad.
La libertad nos permite elegir, inventar e incluso equivocarnos.
Los animales, por estar programados por la naturaleza,
conocen una sola forma de comportamiento para cada
situación.
Los seres humanos, aunque en cierta medida estamos también programados por
fidelidades que nos son inculcadas desde la cuna, somos seres imprevisibles, pues
tenemos una serie de alternativas en nuestro proceder que aunque en
ocasiones resulten raras, muy pocas veces son imposibles.
Lo importante es encontrar nuestro propio arte de vivir
que nos permita acertar, y eso es la ética.