1. El primer paso es comprender que el riesgo es algo natural: Una
vez que reconozcas el riesgo como algo natural podrás
anticiparte a él, estimando los principales factores que lo generan
y preparando la estrategia adecuada para reducirlos e, incluso,
eliminarlos.
2. La planificación es clave: Ya hemos tenido nuestra idea de negocio.
Sin embargo, si montamos nuestra empresa sin ningún tipo de
planificación ni organización, las probabilidades de fracaso
crecerán exponencialmente.
3. Prepara tu presupuesto y cíñete a él: Siempre surgen costes no previstos: es inevitable. Pero la probabilidad de
que esto ocurra depende en gran medida del tiempo y de los recursos que dediquemos a presupuestarlos. Calcula
el importe de la inversión inicial que necesitarás: coste del local (en su caso), mobiliario, materiales etcétera. Pero,
además, deberás calcular el gasto que tendrás que afrontar mensualmente
4. No tengas miedo a pedir financiación: Endeudarse
en exceso limitará la capacidad de crecimiento de tu
empresa. Sin embargo, no tengas miedo en
endeudarte para financiar una inversión razonable.
5. Transfiere riesgos siempre que sea posible: Como
emprendedor, tienes que transferir riesgos siempre que sea
posible. Por ejemplo, si subcontratas aquellas actividades que
no se te dan bien a un tercero no solo le estarás transfiriéndole
el riesgo, es que además podrás centrarte en aquellas
actividades que en verdad aportan valor mejorando tu
rendimiento.
6. Alquilar VS comprar: No es necesario tener todos
nuestros activos en propiedad. Alquilar nuestros activos
(ya no solo oficinas sino incluso maquinaria) nos permitirá
reducir exponencialmente los riesgos, especialmente al
principio del proyecto de emprendimiento.
7. asume la posibilidad de fracaso como algo positivo:
Estadísticamente un gran porcentaje de proyectos emprendedores no
llegan a su primer año de vida. En España la tolerancia al fracaso es
muy baja pero en países anglosajones para poder acceder a puestos
directivos se exige haber fracasado varias veces. ¿El motivo? Aquella
persona que ha lanzado un proyecto y ha fracasado es plenamente
consciente de las causas del fracaso y podrá anticiparse a ellas en el
futuro.