la inmortalidad del alma
como el absurdo caminar
del hombre
Nota:
Nadie
es una isla, completo en sí mismo; cada hombre es un pedazo del continente, una
parte de la tierra;
hay dos formas de ser inmortal: la primera
es por medio del arte o la escritura y el
segundo es por medio de los hijos.
Nadie es una isla, completo en sí mismo; cada
hombre es un pedazo del continente, una
parte de la tierra;
el ser humano posee razón,
sentimientos y deseos, y al mismo
tiempo es movido por ellos. Porque
el hombre conoce, piensa,
reflexiona, siente, sufre, ríe, vive y
muere. y sobre todo muere.
Algunos hombres buscan la inmortalidad en un
ser todopoderoso y omnipresente, ya que este les
puede otorgar la vida que nunca se acaba.
que se hace consciente de su finitud y
quiere ser recordado y de algún modo a
esto se le pueda concebir como
inmortalidad
. El no resignarse a morir y la forma como ha
de afrontar el hombre su propio destino
individual. Por consiguiente, será acaso que el
Dios en el cual creen es el dador de la
inmortalidad; y la certeza que en él se puede
tener una vida futura.
No es, pues, necesidad racional, sino angustia vital, lo que nos
lleva a creer en Dios. Y creer en Dios es ante todo y sobre
todo, he de repetirlo, sentir hambre de Dios, hambre de
divinidad, sentir su ausencia y vacío, querer que Dios exista.
La razón va en contradicción con los deseos
de inmortalidad que posee el hombre. Y es
por eso que si la razón hace parte de la vida,
está encuentra en la muerte su final
Pero necesariamente esto significa el final, porque es la
lucha que cada individuo realiza por no morirse ya sea al
final de su viva, sobre su existencia y el miedo que se le
tiene a la muerte, es decir, la nada
Mi yo lucha por eternizarse, de obrar de tal modo que
pueda alcanzar dicho fin último, el de no morir. Porque
este hombre de carne y hueso, no es solo un animal
racional, también es afectivo y sentimental.