Analiza cómo la existencia de una cultura de la
legalidad consolidada requiere
El fomento de una cultura
de ciudadanía
Que posibilite el normal
funcionamiento de una sociedad
ideológica y culturalmente plural
La existencia de una
ley común
La cultura de la legalidad no es algo
que, una vez alcanzado, resulte
estable e irreversible.
La experiencia enseña más
bien lo contrario.
Las democracias registran, periódicamente,
fluctuaciones (de intensidad y efectos variables).
En cuanto al grado de identificación y confianza
de la ciudadanía con sus instituciones.
Uno de los elementos institucionales
que más decisivo resulta para
estabilizarla es la existencia de lo que el
autor considera una “buena justicia”.
En este trabajo se presentan algunas de las condiciones y
rasgos que ha de presentar la “buena justicia”, así como
algunos de los principales factores que pueden hacerla
peligrar o, por el contrario, contribuir a su mejor
funcionamiento.
Esta, señala Toharia, es más fácil
de describir que de construir y
de mantener en la práctica.
Un sistema de justicia que sea
moralmente confiable y
funcionalmente eficaz