Creado por MAKOYEYO
hace más de 10 años
|
||
A fines de 1970, por decreto presidencial, se creó la Dirección General de Educación Especial con la finalidad de organizar, dirigir, desarrollar, administrar y vigilar el sistema federal de educación especial y la formación de maestros especialistas. A partir de entonces, el servicio de educación especial prestó atención a personas con deficiencia mental, trastornos de audición y lenguaje, impedimentos motores y trastornos visuales.
Durante la década de los ochentas, los servicios de educación especial se clasificaban en dos modalidades: Indispensables (Centros de Intervención Temprana, Escuelas de Educación Especial y Centros de Capacitación de Educación Especial que funcionaban en espacios específicos separados de la educación regular. En esta modalidad también estaban los grupos integrados B para niños con deficiencia mental leve y los grupos integrados para hipoacúsicos, que funcionaban en las escuelas primarias regulares. Complementarios: Centros Psicopedagógicos, los grupos integrados A que prestaban apoyo a alumnas y alumnos inscritos en la educación básica general con dificultades de aprendizaje o en el aprovechamiento escolar, lenguaje y conducta; esta modalidad también incluía las Unidades de Atención con Capacidades y Aptitudes Sobresalientes (CAS).
Existían además otros centros que prestaban servicios de evaluación y canalización de los niños, como los Centros de orientación, Evaluación y Canalización (COEC). A fines de la década de los ochentas y principios de los noventas surgieron los Centros de Orientación para la Integración Educativa (COIE).
Los Centros de Atención Psicopedagógica de Educación Preescolar (CAPEP), que dependían de la Dirección General de Educación Preescolar, también estaban organizados en servicios indispensables y complementarios.
A partir de 1993 como consecuencia del Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica, la reforma del Artículo 3° constitucional y la promulgación de la Ley General de Educación, se impulsó un importante proceso de reorientación y reorganización de los servicios de educación especial, que consistió en cambiar las concepciones respecto a la función de los servicios de educación especial, promover la integración educativa y reesctructurar los servicios existentes hasta ese momento.
Los propósitos de reorientar los servicios de educación especial fueron, en primer lugar, combatir la discriminación, la segregación y la "etiquetación" que implicaba atender a las niñas y los niños con discapacidad en dichos servicios, separados del resto de la población infantil y de la educación básica general. En esos servicios, la atención especializada era principalmente de carácter clínico-terapéutico, pero atendía con deficiencias otras áreas del desarrollo; en segundo lugar, dada la escasa cobertura lograda, se buscó acercar los servicios a los niños de educación básica que lo requerían.