Tanto el Racionalismo como el Empirismo se incluyen en la Filosofía Moderna.
El problema central de la Filosofía Moderna es el de las relaciones entre fe y razón.
Según el racionalismo moderno, la filosofía debe imitar a la teología.
El racionalismo es una teoría filosófica que da poca importancia a la intuición.
Descartes creyó que la filosofía de su época ni evitaba las continuas disputas ni daba lugar a conocimiento evidente.
Para Descartes, la deducción es un mecanismo más perfecto que la intuición.
La intuición es un conocimiento claro y distinto que nace de la sola luz de la razón.
La duda metódica exige considerar falsas sólo aquellas creencias que veamos con claridad que son falsas.
Yo puedo conocer a las otras mentes con la misma evidencia con la que conozco la mía.
La hipótesis del genio maligno pone en cuestión el uso de la intuición y de la deducción en matemáticas.
Descartes dudó de la existencia del mundo físico y de otras mentes hasta que demostró la existencia de Dios.
Descartes define la sustancia como aquello que permanece igual aunque otras cosas cambien.
Las ideas que pueden servir como punto de partida para la demostración de la existencia de la realidad extramental son las ideas adventicias.
Según Descartes, el sueño y la vigilia no son separables fácilmente, pues no existen criterios claros que los distingan.
Descartes cree en la existencia del mundo físico porque Dios y su bondad es la garantía última de la objetividad de nuestros sentidos.
Descartes llama realidad formal a la capacidad de una idea para representar o significar una cosa u otra.
Según Descartes, en sentido estricto, los animales no perciben, ni tienen emociones ni inteligencia, puesto que no tienen mente.
La hipótesis del genio maligno pone en cuestión la evidencia de la verdad "sufro, luego existo".
Sé que el cuerpo es distinto de la mente porque de la mente cabe una evidencia absoluta y del cuerpo no.
Según Descartes, el mecanicismo vale para explicar los cambios en las mentes y los cuerpos.
Para Descartes, el cerebro no piensa, piensa el alma.
La existencia de la libertad humana queda garantizada porque hay conductas humanas que dependen de la mente y no pueden explicarse en términos mecanicistas.
Descartes defiende que los estados mentales son meras consecuencias de estados cerebrales.
La intuición es, para Descartes, la evidencia que dan los sentidos.
La duda metódica no exige dudar de todo lo que sea dudable sino sólo de aquello que veamos como evidentemente falso.
La hipótesis cartesiana según la cual tal vez la vigilia es un sueño no permite dudar de la verdad de las matemáticas.
La hipótesis del genio maligno pone en cuestión las verdades matemáticas a las que se llega por deducción pero no aquellas que, como los axiomas, se conocen por intuición.
A la verdad "pienso, luego existo" se llega por deducción.
La hipótesis del genio maligno es tan radical que, bien pensada, puede hacernos dudar hasta de nosotros mismos como seres que recordamos, imaginamos o pensamos.
Con el descubrimiento del cogito Descartes ya puede estar seguro de que piensa, desea o recuerda y que, por tanto, tiene un cerebro que le permite realizar dichas actividades.
Descartes diría que puedo dudar de la existencia del vaso de vino que deseo tomar y de mi deseo de beber dicho vaso, pero no de mi existencia cuando tengo este deseo.
La existencia de Dios se puede probar sin recurrir a la experiencia.
Descartes no necesita referirse a Dios para mantener la verdad de las matemáticas pues las verdades de esta ciencia se muestran con claridad y distinción.
Según el argumento ontológico, del mismo modo que en la idea de triángulo está comprendido el tener tres ángulos iguales a dos rectos y que deben existir los triángulos, en la idea de Dios está comprendida la idea de un ser infinitamente perfecto y por lo tanto existente.
La duda metódica tiene una vigencia limitada en el tiempo.
El mecanicismo no permite explicar la libertad.
Según Descartes, el mecanicismo no es válido para explicar el comportamiento de los hombres ni de ningún otro animal, pero sí para describir los movimientos y cambios del resto de seres físicos.
La duda metódica también pone en cuestión la existencia de otras mentes.
Según Descartes, el carácter unitario del saber responde al carácter unitario de la razón.
La evidencia sería la propiedad de aquellos objetos que les hace aparecer ante la mente con claridad y distinción.
La duda metódica de Descartes es un método para llegar a la conclusión de que todo nuestro conocimiento es dudable, luego no existe ninguna verdad objetiva.
Para que una idea tenga tal realidad objetiva y no otra, debe haberla recibido de una causa, en la cual haya por lo menos tanta realidad formal como realidad objetiva hay en dicha idea.
Si la realidad objetiva de alguna de mis ideas excede a mi propia realidad, de tal forma que no está en mí formalmente, entonces yo no puedo ser la causa de esta idea, y por tanto hay algo en el mundo distinto de mí, que es la causa de esa idea.
Descartes defiende un dualismo antropológico.
Descartes defiende un dualismo metafísico.
La explicación metafísica de la realidad que hace Descartes es claramente mecanicista.
Para Descartes, el mundo se entiende como un enorme mecanismo en el que ocurren las cosas según determinadas leyes científicas, que en última instancia pueden expresarse matemáticamente.
“Pienso, luego existo” es una sustancia.
La hipótesis del genio maligno no puede poner en duda las verdades matemáticas, pues entonces no se podría aplicar el método matemático a la filosofía y no tendríamos verdades evidentes.
El argumento ontológico afirma que la existencia de Dios está incluida en la esencia de Dios.
La noción de Dios o Infinito está desde siempre en nuestro entendimiento.
Descartes llama realidad objetiva a la capacidad de una idea para representar o significar una cosa u otra.
Según Descartes los animales y las plantas perciben el entorno puesto que tienen una mente, aunque muy inferior a la humana.
La hipótesis del genio maligno pone en cuestión la evidencia de la verdad "pienso, luego existo".
Las notas más importantes de la evidencia son la claridad y la distinción.
El argumento ontológico de Descartes tiene un antecedente en San Anselmo.
Sé que el cuerpo es distinto de la mente porque de la mente cabe una evidencia absoluta y del cuerpo, no.
A partir de Descartes el fundamento de la realidad deja de ser Dios para pasar a serlo el ser humano.
El problema que encuentra Descartes es que si existiera un Dios maligno, ya no podríamos seguir razonando más allá de la primera verdad descubierta (“yo pienso”), ya que todo lo que pensáramos podría ser falso.
En líneas generales, racionalista es aquel que niega lo sobrenatural y la idea de la revelación divina de misterios.
Con Descartes, aparece el pensamiento moderno, al desplazarse el criterio de certeza del objeto pensado al sujeto pensante.
Duda metódica quiere decir que Descartes va a dudar por método, es decir, que su duda es para destruir, a diferencia de la duda escéptica, que se aplicaba para construir.
Para Descartes, si los sentidos nos engañan algunas veces, nos podrían estar engañando siempre.
Cuando soñamos sentimos experiencias semejantes a las que tenemos mientras estamos despiertos, por lo que se puede hallar un criterio seguro de distinción entre el sueño y la vigilia.
El "cogito ergo sum" no es una deducción, sino una intuición, porque no deduzco la existencia del pensar, sino que las dos, pensar y existir, se dan al mismo tiempo.
El "cogito ergo sum" me da la seguridad de que las ideas existen como acto de mi pensamiento y me garantiza que lo representado por ellas existe fuera de mí de manera extramental.
Las ideas adventicias son aquellas que parecen provenir del exterior, de las cosas naturales.
Las ideas facticias son las ideas formadas por mí mismo mediante mi imaginación y mi voluntad.
Las ideas innatas son aquellas que proceden de la experiencia externa y de nuestra construcción mental imaginativa, por lo que el entendimiento las tiene en sí mismo por naturaleza.
La causa de una idea debe tener tanta perfección como la representada por dicha idea, por esto la causa de una idea infinita no puede ser más que una sustancia infinita.
Como es imposible concebir un triángulo que no tenga los ángulos internos iguales a dos rectos, tampoco es posible concebir a Dios como no existente, ya que si es el ser soberanamente perfecto se ve clara y distintamente que la existencia debe ser una de sus perfecciones.
La función que Descartes reconoce a Dios es la de garantizar la adecuación entre el sujeto pensado y el objeto pensante.
Lo importante para Descartes no será preguntarse qué son las cosas, sino cómo mi razón se representa las cosas, las relaciona y ordena.
Par Descartes la verdad no se hallará inicialmente en la naturaleza o en Dios, sino en la razón humana, y de esta se deducirá la existencia tanto de Dios como del mundo.
Descartes nunca estableció una separación radical entre el mundo material (todos los cuerpos), cuya característica principal es la extensión, y el alma, una exclusividad humana caracterizada por el pensamiento inteligente.
Para Descartes, la conciencia (es decir, la capacidad de experimentar sensaciones, dolor, placer, etc.) es una exclusividad del alma.
Para Descartes, Dios garantiza la existencia del mundo exterior, pero no la adecuada correspondencia de mis ideas con ese mundo exterior.
La filosofía moderna comienza con el empirismo.
Los principales problemas estudiados por la filosofía moderna se refieren al tema del conocimiento.
El racionalismo es una teoría filosófica solo presente en la Edad Moderna.
Los racionalistas del siglo XVII creyeron en la existencia de ideas innatas.
El racionalismo mantiene la independencia de la razón frente a otras instancias del conocimiento.
Para los racionalistas, el modelo de ciencia fue la ciencia natural.
Descartes vivió en el siglo XVIII.
Descartes consideró que el conocimiento debe basarse en la unidad de principio o unidad de razón.
Descartes desconfió de la filosofía escolástica que le habían enseñado en el colegio de la Flèche.
Imitar a las matemáticas quiere decir, para los racionalistas, utilizar fórmulas matemáticas para explicar todo lo real.
Según Descartes, la diversidad de opiniones es una muestra de la inseguridad en el saber.
Descartes creía que el desacuerdo en filosofía influye en la validez de las ciencias.
Según Descartes, todas las ciencias toman sus principios de la filosofía.
Descartes consideró que la inducción y la deducción son los dos modos principales de conocimiento.
La duda metódica es consecuencia de la aplicación de la regla de la evidencia.
La regla de la evidencia propone aceptar como verdadero solo aquello que se presente con claridad y distinción.
El conocimiento claro es solo el conocimiento que se tiene cuando percibimos una cosa claramente, es decir, cuando la cosa está presente ante nuestros sentidos.
Para Descartes, al conocimiento distinto se contrapone el conocimiento confuso.
El ejercicio de la duda metódica lleva a dudar de los fundamentos de nuestras creencias más que de las creencias tomadas de una en una.
Algunas de las razones dadas por Descartes para dudar de los sentidos ya estaban en Platón.
Descartes siempre dudó de la existencia de un mundo físico.