Creado por Juan Antonio Campos Martínez
hace alrededor de 6 años
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Si sopla el aire, a la cara viene. Quien es calvo no lo tiene.
Al final de los brazos están las manos, al final de los dedos nosotras estamos.
No hay ningún día del año en que pueda descansar; siempre en tu pecho cantando ando, con mi rítmico tic-tac.
Adivina adivinanza.. Por el día están abiertos y por la noche cerrados. ¿Qué son?
Treinta caballitos blancos por una colina roja, corren, muerden, están quietos, ¡y se meten en tu boca!