El neoliberalismo nació después de la Segunda Guerra Mundial, en una región de Europa y de América del Norte donde imperaba el capitalismo. Fue una reacción teórica y política contra el Estado intervencionista y de Bienestar. Es una crítica total a cualquier limitación de los mecanismos del mercado por parte del Estado, denunciada como una amenaza letal a la libertad, no solamente económica sino también política. Entre los principales representantes de esta teoría se encontraban Friedrich Hayek, Milton Friedman, Karl Popper, entre otros.
Su propósito era combatir el Keynesianismo y la solidaridad reinante, y preparar las bases de otro tipo de capitalismo, duro y libre de reglas, para el futuro. Hayek y sus compañeros argumentaban que el nuevo “igualitarismo” de ese período, promovido por el Estado de Bienestar, destruía la libertad de los ciudadanos y la vitalidad de la competencia. Este mensaje permaneció en teoría por más o menos veinte años.
Con la llegada de la gran crisis del modelo económico de posguerra, en 1973, cuando todo el mundo capitalista avanzado cayó en una larga y profunda recesión, combinado, por primera vez, con bajas tasas de crecimiento y con altas tasas de inflación, todo cambió. A partir de ahí, las ideas neoliberales pasaron a ganar terreno. Las raíces de la crisis, afirmaban Hayek y sus compañeros, estaban localizadas en el poder excesivo y nefasto de los sindicatos y, de manera más general, del movimiento obrero, que había socavado las bases de la acumulación privada con sus presiones reivindicativas sobre los salarios y con su presión para que el Estado aumente cada vez más los gastos sociales. El remedio, entonces, era claro: mantener un Estado fuerte en su capacidad de quebrar el poder de los sindicatos y en el control del dinero, pero limitado en lo referido a los gastos sociales y a las intervenciones económicas. Era imprescindible realizar reformas para incentivar a los agentes económicos, reducir los impuestos a las ganancias y, así, una nueva y saludable desigualdad volvería a dinamizar las economías avanzadas.
De esta manera, Hayek fortaleció el poder de atracción del neoliberalismo político, consolidando el predominio de la Nueva Derecha en Europa y en América del Norte, siendo América Latina la experiencia piloto neoliberal sistemática bajo la dictadura de Pinochet.
El neoliberalismo en el resto de América Latina se instala finalizada la década del ’80, con la presidencia de Salinas en México, en 1988; Carlos Andrés Pérez, en el mismo año, en Venezuela, y Fujimori, en el Perú. En la Argentina, si bien este modelo se implementa también bajo la dictadura militar, es con la llegada de Menen, en 1989, cuando se instala en el marco de las reformas del Estado.
Síntesis del texto: “Neoliberalismo: un balance provisorio” en Perry, Anderson, Buenos Aires, 2ª Ed. CLACSO. Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, 2003.
En 1973 se produce la segunda crisis cíclica del capitalismo del siglo XX. Se culpó a la OPEP y al aumento de los precios del petróleo de la misma. Esta crisis produce una recesión del sistema capitalista. Según el argumento neoliberal la principal causa de esta crisis fue:
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