Junto a las Confesiones Negativas (tales como «no he matado», «no he robado», «no he blasfemado», «no he mentido», etc.) que hacían los muertos en el Juicio Final, debió de ser de gran inspiración para Moisés (en caso de que nuestra hipótesis sea acertada) la oración del himno a Atón, que con tanto fervor entonaban los sacerdotes del faraón hereje. El texto dice así:
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