“Largo tiempo durmió Zaratustra, y no sólo la aurora pasó sobre su rostro, sino también la mañana entera. Mas por fin sus ojos se abrieron: asombrado miró Zaratustra en el bosque y el silencio, asombrado miró dentro de sí. Entonces se levantó con rapidez, como un marinero que de pronto ve tierra, y lanzó gritos de júbilo: pues había visto una verdad nueva, y habló así a su corazón: Una luz ha aparecido en mi horizonte: compañeros de viaje necesito, compañeros vivos, no compañeros muertos y cadáveres que llevo conmigo adonde quiero.
Compañeros de viaje vivos es lo que yo necesito, que me sigan porque quieren seguirse a sí mismos e ir adonde yo quiero ir. Una luz ha aparecido en mi horizonte: ¡Zaratustra no hablará al pueblo, sino a compañeros de viaje! ¡Zaratustra no debe ser pastor y perro de un rebaño!........
¡Ved los creyentes de todas las creencias! ¿A quién odian más? Al que rompe sus tablas de valores, al quebrantador, al infractor, pero ése es el creador. El creador busca compañeros, y no cadáveres, ni tampoco rebaños y creyentes. El creador busca compañeros de creación, a aquellos que escriben nuevos valores en nuevas tablas…”
ASI HABLO ZARATUSTRA (Prólogo #9. Friedrich Nietzsche)
Según la lectura y de acorde a la visión posmoderna, el hombre:
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