Hoy hemos visitado la iglesia de Santa Inés, en Bernardos, el único ejemplar románico de esta localidad. Nos acercamos a su entrada sur, como no, y vemos curiosamente dos puertas de acceso, una de las cuales ha perdido las arquivoltas de ladrillo que una vez la decoraron. Elegimos una y entramos. Nos llama la atención su suelo, construido con pizarra de la zona, por supuesto, pero es sobre todo su cabecera, simple pero armónica, lo que nos causa admiración y tristeza a la vez; apoyada en un arco de ladrillo de medio punto, deja intuir lo que fueron sus bóvedas, también en ladrillo, rodeando solo ahora un círculo de aire y luz.
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