“Amanecía, en Pisco, alegremente. A la agonía de
las sombras nocturnas, en el fresco del alba, en el
radiante despertar del día, sentíamos los pasos de
mi madre en el comedor, preparando el café para
papá. Marchábase éste a la oficina. Despertaba ella
a la criada, chirriaba la puerta de la calle con sus
mohosos goznes; oíase el canto del gallo que era
contestado a intervalos por todos los de la vecindad;
sentíase el ruido del mar, el frescor de la mañana,
la alegría sana de la vida. Después mi madre venía
a nosotros, nos hacía rezar, arrodillados en la cama
con nuestras blancas camisas de dormir, vestíamos
luego, y, al concluir nuestro tocado, se anunciaba a
lo lejos la voz del panadero”.
Respecto al fragmento de “El caballero Camelo”, de Abraham Valdelomar, ¿qué característica podemos encontrar?
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