Un buen administrador es un verdadero líder de su equipo de trabajo, que motiva y estimula a su gente.

Un buen administrador se rodea de gente entrenada, comprometida con su propio crecimiento y competente para realizar su trabajo.

Un buen administrador motiva y supervisa para que cada uno de los miembros de su equipo estén siempre bien presentados, bien aseados, con sus ropas en excelente presentación, incluso aquellos que no tratan directamente con el cliente.

Un buen administrador está permanentemente atento a las existencias de su negocio, se asegura de que los inventarios sean óptimos.

Un buen administrador reúne cada semana a su equipo de trabajo, les toma opinión, escucha respetuosamente sus criterios y sugerencias. Con ellos establece un plan acción para mejorar su negocio y llevarlo a grandes alturas.

Un buen administrador no sabe que su propio crecimiento y el de su equipo está unido al crecimiento de la empresa. Una empresa más exitosa, ofrece mejores condiciones de trabajo para su gente, seguridad económica, crecimiento profesional y estabilidad laboral