Pensando en el amigo de tu infancia...
Te sientes de buen humor, qué bonitas aventuras vivieron juntos.
Lo recuerdas con gran ternura, pero fueron cosas de niños.
Experimentas melancolía, nunca más has tenido una relación así.
La AMISTAD con mayúsculas es...
Confiarse los secretos más íntimos.
Contar con un firme apoyo emocional.
Reír juntos.
Cuando te asalta la ansiedad, tiendes a pensar que lo mejor es...
Aplazar citas y compromisos, necesitas descansar.
Tomar una pastilla y acudir al médico cuanto antes.
Programar una juerguecilla para evadirte.
Estás con tu amigo, ¿te ocurren cosas raras o insólitas?
Nunca.
De vez en cuando.
A menudo.
Un antiguo colega que no ves desde hace tiempo te invita a cenar, ¿cómo reaccionas?
Aceptas con entusiasmo y te lo pasas bien.
Vas sin ilusión, el hilo se rompió y temes vivir un penoso ocaso.
Buscas una excusa, ya no sabías qué decirle.
Quien encuentra un amigo, encuentra un tesoro porque...
Surge la posibilidad de encontrarse a sí mismo.
Ha hallado una fuente de ventajas mutuas.
Tiene siempre a su disposición alguien que le escuche y le comprenda.