Angie Natalia Castrillon Gaviria
CONCEPTO
La Caja de Seguridad es un servicio que
brindan las entidades financieras para resguardar el dinero de los particulares en lugares especialmente acondicionados a tal fin, colocadas esas cajas en sitios retirados del paso de clientes, con llaves que poseen tanto el locatario de la caja de seguridad como la entidad propietaria. No se declaran los bienes que el usuario coloca en las cajas, conocidas como cajas fuertes, que cuentan con un seguro por determinado monto de dinero o bienes depositados, en caso de que se produzca el robo de las mismas, lo que esporádica mente ocurre.
TIPOS DE CAJAS DE SEGURIDAD
Cajas domiciliarias y profesionales[editar]
Atendiendo a que tipo de ámbito de utilización podríamos separarlas en dos grandes grupos, cajas fuertes domiciliarias y cajas fuertes profesionales. Las cajas fuertes empleadas por usuarios no profesionales, y que por lo general se encuentran ubicadas en viviendas, suelen ser cajas de seguridad con un grado de seguridad básico o medio al ser destinadas en la mayoría de ocasiones a albergar pequeñas cantidades de efectivo y objetos de valor. Su funcionamiento suele ser sencillo al igual que su instalación.
Las cajas fuertes profesionales generalmente se emplean en empresas, bien para cumplir con una determinada normativa o bien para asegurar sus bienes de forma efectiva.
Las hay en joyerías, que ya son más sofisticadas. Las de los bancos pequeños tienen apertura retardada para evitar los atracos rápidos, y las de las sedes centrales de empresas y bancos son totalmente acorazadas, de difícil acceso a las mismas y con enormes controles de seguridad. Todo este tipo de cajas fuertes están reguladas por una normativa europea .
Cajas de sobreponer y empotrar[editar]
Si atendemos al tipo de instalación de la caja fuerte, podemos dividirlas en dos grandes categorías: sobreponer y empotrar.
Las cajas de sobreponer son las más sencillas de instalar, pues son cajas con un cuerpo compacto y con un grosos generalmente homogéneo de sus paredes. Las cajas de sobremesa o sobreponer no necesitan una instalación compleja y generalmente se anclan por medio de tornillos en base y/o los lados de la caja.
Por otro lado, las cajas de empotrar están diseñadas para ser encastradas en la pared o en algún muro los suficientemente resistente para albergarla. Aunque el cuerpo de este tipo de cajas no es tan homogéneo y grueso como las de las cajas de sobreponer, tienen su ventaja al ser más fácil ocultarlas y contar con la resistencia de la pared donde se instalen.