La educación cívica en México está obligada a dirigir su mirada bajo la perspectiva de las teorías estructuralistas sobre el desarrollo moral, centrada en marcos interpretativos del sujeto que forman sistemas de pensamiento unificados y globales, ya que a través de estos marcos interpretativos el niño percibe las situaciones sociales y organiza los juicios sobre lo que debe o no debe hacer. No se rige por las reglas a través de modelos externos -propio de la teoría del aprendizaje social-, sino
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