El Protocolo de Montreal es un protocolo del Convenio de Viena para la
protección de la capa de ozono, diseñado para proteger la capa de ozono
reduciendo la producción y el consumo de numerosas sustancias que se ha
estudiado que reaccionan con ella y se cree que son responsables del
agotamiento de la misma. El tratado se enfoca en la eliminación de las
emisiones mundiales de sustancias agotadoras de la capa de ozono (SACO). El
tratado propone la reducción en su producción y consumo hasta llegar a la
eliminación parcial.
Es un protocolo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y un acuerdo
internacional que tiene por objetivo reducir las emisiones de seis gases de efecto invernadero que causan el
calentamiento global: dióxido de carbono (CO2), gas metano (CH4) y óxido nitroso (N2O), y los otros tres son
gases industriales fluorados: hidrofluorocarbonos (HFC), perfluorocarbonos (PFC) y hexafluoruro de azufre (SF6),
en un porcentaje aproximado de al menos un 5 %, dentro del periodo que va de 2008 a 2012, en comparación a
las emisiones a 1990. Esto no significa que cada país deba reducir sus emisiones de gases regulados en un 5 %
como mínimo, sino que este es un porcentaje a escala global y, por el contrario, cada país obligado por Kioto
tiene sus propios porcentajes de emisión que debe disminuir la contaminación global. El objetivo principal es
disminuir el cambio climático antropogénico cuya base es el incremento forzado del efecto invernadero. Según
las cifras de la ONU.