las mujeres disponen del cromosoma genético XX, los hombres añaden una pequeña variación al código, es decir, XY.
Después de la octava semana de vida fetal, los diminutos testículos del feto masculino empiezan a liberar enormes cantidades de testosterona con las que «impregnan» los circuitos cerebrales y los transforman del tipo femenino al tipo masculino.
podríamos decir que hombres y mujeres disponemos de un “hardware” distinto a la hora de procesar la información: el cerebro masculino, por ejemplo, siendo más grande que el de la mujer, resuelve problemas utilizando el sistema de unión temporo-parietal situado en su corteza, lo cual les permite buscar soluciones de un modo más rápido y práctico.
Como el cerebro femenino no se ha visto expuesto a tanta testosterona, las niñas nacen con circuitos femeninos en los que algunas zonas son más grandes y otras más pequeñas que en el cerebro masculino.
La aventura de la “sexualización cerebral” no termina tras el nacimiento, las hormonas prosiguen en su empeño de impregnarnos en un interesante proceso que los científicos han llamado “pubertad infantil”
Las mujeres en cambio suelen desarrollar mejor la inteligencia emocional debido a que su hipocampo, estructura donde se registran y se guardan los aspectos emocionales,
El amor a primera vista. ¿Hay alguna base biológica que lo justifique, o es una mera ficción?
Las feromonas y el sentido de la vista trabajan conjuntamente cuando vemos moverse a alguien porque no sólo miramos su rostro, sino que observamos cómo se mueven todas las partes de su cuerpo. Así que hay una parte de todos nosotros que se siente especialmente atraída por esa persona, sea quien sea, por la que experimentamos atracción sexual.