Normalmente, los valores en los
jóvenes son estudiados de un modo
externo, y se termina por defender
los valores tradicionales de los
adultos como si estos fueran los
“mejores valores descubiertos en la
actualidad
El mismo razonamiento aplica para entender el
comportamiento de los jóvenes. Las fórmulas que
vivieron sus padres puede ser que no les funcionen,
pues la modernización va avanzando con cada
generación u por ello se van acentuando otros
valores.
La moderación crea nuevos valores como el
interés económico, la eficiencia, la productividad y
el profesionalismo como guías para el desempeño
del hombre y de la mujer moderno.
Obviamente el establecimiento paulatino de estos valores implica la
perdida de vigencia de los valores como el interés común, la
solidaridad, el respeto integral a las personas más allá de su
eficiencia laboral, a la familia y la amistad.
Los valores son importantes, permiten la convivencia, pero
deben ajustarse a las nuevas condiciones sociales crea la
modernización. La reconstrucción de estos valores se hace
de cara al nuevo mundo, que es lo que están viviendo
justamente los jóvenes.
Visto así, quienes son personas
individualistas, egoístas, eficientes,
etc., están simplemente asumiendo
un grupo de valores que les tocó
vivir y que son válidos y tan
significativos,
Bajo esta perspectiva, los jóvenes no están
tergiversando valores, sino simplemente
modificándolos lo suficiente para poder sobrevivir
en su mundo.