Las audios digitales se pueden guardar en distintos formatos. Cada uno se corresponde con una
extensión específica del archivo que lo contiene. Existen muchos tipos de formatos de audio y no
todos se pueden escuchar utilizando un mismo reproductor.
Formato wav.
Es un archivo que
desarrolló originalmente
Microsoft para guardar
audio. Los archivos
tienen extensión *.wav.
Produce archivos de un peso
enorme. Una canción extraída
de un CD (16 bytes, 44100 Hz y
estéreo) puede ocupar entre
20 y 30 Mb.
Formato MP3.
Es ideal para publicar
audios en la web. Se
puede escuchar desde
la mayoría de
reproductores.
Fue creado por el
Instituto Fraunhofer y
por su extraordinario
grado de compresión
y alta calidad está
prácticamente
monopolizando el
mundo del audio
digital.
Formato OGG.
Muestra un grado de compresión
similar al MP3 pero según los
expertos en música la calidad de
reproducción es ligeramente
superior.
El formato OGG ha sido desarrollado
por la Fundación Xiph.org. Es el
formato más reciente y surgió como
alternativa libre y de código abierto
(a diferencia del formato MP3).
Formato MIDI.
El formato MIDI (Musical
Instrument Digital Interface, *.mid
almacena secuencias de
dispositivos MIDI (sintetizadores)
donde se recoge qué instrumento
interviene, en qué forma lo hace y
cuándo.
Los archivos MIDI se pueden
editar y manipular mediante
programas especiales y
distintos de los empleados para
editar formatos WAV, MP3, etc.
El manejo de estos programas
suele conllevar ciertos
conocimientos musicales. Los
archivos MIDI permiten audios
de cierta duración con un
reducido peso. Esto es debido a
que no guardan el sonido sino
la información o partitura
necesaria para que el
ordenador la componga y
reproduzca a través de la
tarjeta de sonido.