se inicio a finales del 2009 como una de las 4 crisis de la deuda soberana en la zona del euro
Los factores desencadenantes de la crisis de la deuda soberana griega incluyen los efectos de la Gran
Recesión, las debilidades estructurales de la economía griega, una creciente crisis bancaria y una
crisis súbita en la confianza de los acreedores del país.
La incertidumbre sobre la capacidad de Grecia para cumplir con sus obligaciones de deuda, se
incrementó luego de revelarse que los datos sobre los niveles de deuda pública y déficit
presupuestario se habían declarado de modo inexacto por el gobierno griego desde el año 2000
En abril de 2010, en medio de fuertes caídas de las principales bolsas europeas, una agencia de
calificación de riesgo valoró la deuda soberana griega en el nivel de títulos especualtivos o bono
basura por debajo del grado de inversión y posibilidad alta de impago, dejando al país sin
acceso a los mercados para poder financiarse, y con la necesidad de recibir los créditos de sus socios
del euro y el FMI. El gobierno de Grecia solicitó un «rescate financiero» y se convirtió en el primer
país en la eurozona que recibió un plan de ayuda internacional, por un monto de 110 000 millones de
euros, prestados por catorce estados miembros de la eurozona representados por la Comisión
Europea, el BCE y el Fondo Monetario Internacional,
Desde mayo de 2010, el gobierno de Grecia ha estado implementando un programa de ajuste
macroeconómico, como condición sine qua non para acceder a la asistencia financiera de la
Troika. El programa consiste en medidas que implican recortes en el gasto y el empleo del sector
público, ampliación de la desregulación del sector privado, aumento de impuestos, privatizaciones y
cambios estructurales. Este primer acuerdo de préstamo tenía el objetivo principal de rescatar a los
bancos privados griegos y europeos, permitiéndoles reducir su exposición a los bonos del gobierno
griego.