FORMACIÓN DE FORMADORES: HACIA
UNA DELIMITACIÓN CONCEPTUAL.
Campo más amplio que
comprende la educación
de adultos.
Temática que nos interesa
ha sido poco estudiada.
2.1 Las teorías de la educación de
adultos: una tensión entre el
positivismo y el humanismo.
La educación es lo que lleva a desarrollar en
el educando las capacidades generales de
pensar, definir, nombrar, clasificar, elegir,
crear y aprender a aprender solo.
La formación, es entendida como un
proceso que tiende a desarrollar en el
adulto ciertas capacidades más específicas
con vistas a desempeñar un papel
particular que implica un conjunto definido
de técnicas y tareas.
Según Legendre (1983), los enfoques
de la formación por objetivos
provienen de las teorías del
positivismo.
¿Qué es? Se basa en el análisis del educando y su
comportamiento en el punto de partida, así como en
el análisis del medio y de las tareas que deben
llevarse a cabo para lograr los objetivos de la
formación.
¿Qué propone? Se propone formar técnicos
competentes, capaces de desempeñar una tarea con
eficacia. El formador, dentro de este enfoque, es
considerado un instructor con conocimientos
especiales.
En cuanto al humanismo, Legendre
afirma que ejerció una gran influencia en
las orientaciones de la formación por la
participación.
Entre las principales teorías que se refieren a las
características del educando adulto, Knowles es el
fundador de la Andragogía, que es la ciencia de la
ayuda educativa para los adultos que tuvieron una
formación general de corta duración.
¿Cómo hacer para que los
programas de formación de los
formadores de docentes
promuevan los resultados
esperados?
En primer lugar considerar que la temática
relacionada con la formación de formadores
es una zona del campo más amplio que
comprende la educación de adultos.
En segundo lugar, estas construcciones teóricas
nos interesan porque están en la base de las
diferentes maneras de abordar la formación de
los formadores, y porque nos aportan, al mismo
tiempo, un marco referencial para avanzar en
nuestro trabajo.
2.2. El contexto teórico de la formación:
navegando entre algunas tipologías
vigentes
Para Berbaum (1982), una acción de formación
corresponde a un conjunto de conductas, de
interacciones entre formadores y formandos, que
puede perseguir múltiples finalidades explicitadas o
no, y a través de las cuales se llega a ciertos cambios.
Es la interexperiencia del entorno
humano lo que constituye el suelo, el
centro de gravedad de la formación,
cualquiera que sea su forma
Según Debesse
(1982)
La autoformación es una formación en la que el
individuo participa independientemente, y tenie
bajo su propio control los objetivos, los procesos,
los instrumentos y los resultados de la propia
formación.
La heteroformación es una formación que se organiza
y desarrolla "desde fuera", por especialistas, sin que se
vea comprometida la personalidad del sujeto que
participa.
La interformación se refiere a la
formación que se produce en
contextos de trabajo en equipo.
Pineau (1985): La heteroformación es la formación
recibida de otros; la ecoformación consiste en la
acción sobre las cosas y el ambiente, mientras que
la autoformación se refiere al proceso de
apropiación del contenido de la formación que el
individuo realiza.
Paiva (1995): Autoformarse significa que,
de una parte, la persona deviene cada vez
más en sujeto de su propia formación, y
de otra, que ella misma se convierte en
objeto de la formación.
Pineau: se trata de “la
apropiación de su
formación por el sujeto
social”
El propio Le Meur define la autoformación
como “un proceso educativo no impuesto,
libremente decidido por el individuo que
permite la apropiación de conocimientos en
función de un proyecto personal”
Objetivo de Formación: es la construcción de la persona en
su globalidad, dotarse a sí mismo de una forma única,
singular, construirse su propia identidad en la multiplicidad
de escenarios sociales” (Paiva, 1995 :54).
2.2.1 La formación como aprendizaje y
desarrollo individual: el rol de la
experiencia
Para que las experiencias prácticas
posean calidad, deberían asumir al
menos tres principios: continuidad,
interacción y reflexión.
La continuidad se refiere a la idea de un continuum
experiencial, es decir, una ordenación creciente en cuanto a
complejidad y riesgo, así como una acomodación a las
características de aprendizaje del sujeto que se implica en
ella.
El principio de interacción plantea la necesidad de entender las
situaciones prácticas como ejemplos de la realidad, en la que
interaccionan los diferentes componentes conceptuales o
metodológicos que analíticamente pueden presentarse por separado a
los estudiantes en formatos de asignaturas diferenciadas.
Si se aprende de la experiencia, es porque reflexionamos,
analizamos lo que hacemos y por qué lo hacemos, lo que
nos conduce a tomar consciencia de las complejidades del
trabajo profesional.
Kolb (1984) define el aprendizaje como “el
proceso mediante el cual se crea conocimiento
a través de la transformación de la
experiencia”.
Se entiende la reflexión como “un proceso cognitivo
deliberado y activo que implica secuencias de ideas
interconectadas que toman en consideración creencias y
conocimientos” (Hatton y Smith, 1995:34).
Junto al aprendizaje experiencial, se ha
venido utilizando el concepto de aprendizaje
autorregulado.
“Una forma de estudio en la que los que
aprenden tiene la principal responsabilidad al
planificar, llevar a cabo y evaluar sus propias
experiencias de aprendizaje” (Caffarella,
1993:30).
2.2.2. La formación en un
contexto social: los grupos de
formación
El aprendizaje en grupo como ambiente de formación ha sido
analizado por Sundstrom, Meuse y Futrell (1990), quienes proponen
un modelo, al que denominan 'ecológico ', para analizar el trabajo en
grupos desde procesos internos y externos. Diferentes dimensiones
cobran trascendencia a la hora de analizar el funcionamiento y los
resultados del trabajo en grupos: el contexto organizativo, los límites y
el desarrollo.
El contexto organizativo implica aspectos relevantes de la
organización, relativamente externos al equipo de trabajo
Los límites remiten a las características de
diferenciación de otras unidades de trabajo, las
barreras reales o simbólicas para acceder a la
información.
El desarrollo del equipo se refiere al análisis de la
evolución del grupo a lo largo del tiempo, generando
normas y roles que pueden ser estructurales. El
desarrollo del grupo incluye estructura y procesos
interpersonales del grupo.
2.2.3 La formación en la organización:
El aprendizaje Organizativo
Argyris y Schon afirmaban que "El aprendizaje
organizativo ocurre cuando los individuos, actuando con
sus imágenes, detectan una contradicción entre los
resultados y expectativas que confirma o rechaza una
teoría organizativa en uso” (1978).
Según Barbier (1992): “los nuevos modos de organización del
trabajo, comportan cada vez con más frecuencia, una actividad
formalizada de reflexión anticipatoria y retrospectiva sobre los
procesos que llevan a cabo en la producción; nuevas formas de
formación, cada vez más ligada a las situaciones de trabajo, y
nuevas formas de investigación”
El aprendizaje en la escuela es denominado "Mejora
escolar". Esta entiende la innovación como como un
proceso de aprendizaje organizativo que asume la
escuela como unidad de cambio, respetando las
especificidades de cada escuela.
Senge llega a identificar cinco disciplinas que caracterizan a
una organización inteligente: pensamiento sistémico, dominio
personal, modelos mentales, visión compartida y aprendizaje
en equipo
Ainscow y otros autores (1994) también han identificado algunas
condiciones que consideran prioritarias para que pueda producirse
aprendizaje en la organización: indagación y reflexión; planificación;
implicación; desarrollo profesional y coordinación.
La indagación representa una actitud de
permanente búsqueda y
cuestionamiento de lo que se hace.
La planificación se vincula a la
existencia de una visión, de unas
metas en la escuela.
La implicación tiene que ver con la
identificación y apropiación que los
profesores hacen del proyecto de escuela.
El desarrollo profesional supone la existencia de
oportunidades pensadas para aprender desde diferentes
vías: por los propios profesores y por otros.
La coordinación refiere la necesidad de
interrelación entre los diferentes
niveles de la organización.
2.3. Los formadores: ¿a qué
profesionales nos referimos?
Formador:
Profesional de la formación que se
desempeña en ocupaciones y niveles
educativos diferenciados.
Formador:
Toda persona que se dedique
profesionalmente a la formación en sus
diferentes niveles y modalidades, tal como lo
planteábamos anteriormente.
El formador está capacitado
para:
Ejercer esta actividad; posee conocimiento
teórico y práctico, compromiso con su profesión,
capacidad e iniciativa para aprender e innovar en
su ámbito.
Tiene la función de
mediación.
En primer lugar, se puede entender que
Formador es sinónimo de docente.
La Formación de Formadores
abarca:
Todo el campo de conocimiento que
entendemos por Formación del
Profesorado en sus diferentes niveles.
La Formación de Formadores se
refiere a:
La capacitación de los
profesionales que forman a
los profesores.
La Formación de Formadores es figura
nueva de:
Agente de Cambio, Facilitador de
Cambio, Asesores de Formación.
2.4. La formación de los
formadores
Para algunos autores, la formación de los educadores
y la formación de los formadores son casi sinónimas
(Vaillant, 1998).
Educación de adultos:
Desarrollo en el educando de capacidades
generales para pensar y aprender.
Formación:
Desarrollo de aptitudes más específicas con
vistas a desempeñar un papel particular.
Los origenes de la formacion son:
Desarrollo del perfeccionamiento
profesional.
Educación popular.
Perfeccionamiento profesional, hábitos de
formación de empresas y administraciones,
exigieron rápidamente la colaboración de
formadores profesionales.
Educación popular:
Deseo de democratizar la
cultura.
2.5. La formación pedagógica
de los formadores
Muchas propuestas tienen
todavía esta función:
Hacer percibir el carácter específico de
los modos de aprendizaje de los
adultos.
Dominicé (1990) afirme
que:
Durante mucho tiempo no se
consideró necesaria la formación
pedagógica de los formadores de
adultos.
Fue necesario que la Psicosociología destacara
los fenómenos propios de la dinámica de grupo y
de la relación pedagógica, para que se fuera
imponiendo un saber de la animación.
Los problemas de comunicación o de resistencia al
aprendizaje introducen nuevos conocimientos.
La calidad de la formación que ofrecen los formadores
constituye una de las condiciones del aprendizaje de los
adultos.
Si el formador no es un profesional, debería recibir una
formación pedagógica para desempeñar su tarea.
De Peretti (1979) considera que la
formación pedagógica de los
formadores no es asunto fácil.
La formación pedagógica
deriva de programas que
se implantan.
2.6. Los programas de formación de
formadores: modelos para armar
Boshier (1985)
Ofrece un modelo de
estructura
tridimensional:
Categoría de los roles:
Planificadores, que son quienes
administran, establecen
programas y deciden.
Docentes: animadores,
profesores y consejeros.
Categoría función
profesional:
Función primaria atañe a los que
trabajan directamente con los
adultos.
Función secundaria está reservada a los
que trabajan con los formadores de
adultos.
Categoría resultados:
Boshier menciona roles vinculados a una
capacidad técnica, así como a un cambio, una
responsabilidad y una integración sociales.