Un primer paso consiste en aclarar los términos. La innovación es el proceso deliberado que permite el
desarrollo de nuevos productos, servicios y modelos de negocios en las organizaciones.
Este proceso debe llevar a resultados concretos y medibles y está asociado al desarrollo de un espíritu
emprendedor en los individuos, es decir, a una actitud hacia el trabajo que se caracteriza por la
permanente búsqueda de oportunidades y por la capacidad para articular recursos humanos y físicos
con el objetivo de aprovecharlas.
Desde esta perspectiva, si bien la innovación está siempre está asociada con el emprendimiento, es
posible tener emprendimiento sin innovación. Así, las pequeñas o grandes empresas que no tienen
vocación de innovación están por fuera del ámbito que se pretende examinar aquí, aunque hayan sido
creadas por emprendedores exitosos.
Esta noción de “emprendimiento innovador”, o “innovación emprendedora”, tiene una importancia
extraordinaria para en la economía moderna. En las últimas décadas ha ocurrido una transformación
básica en la economía mundial, que ha pasado desde el capitalismo administrativo al capitalismo
emprendedor
Esta perspectiva tiene implicaciones de fondo para la política pública y la estrategia empresarial. Por
ejemplo, aquí no tiene sentido hablar de una “política pública para el emprendimiento y la
innovación”, sino de cómo se toman las decisiones de política en una economía del emprendimiento
y la innovación.
De la misma manera, en las empresas no se debería hablar de “estrategia para la innovación”, sino de
cómo se define y se ejecuta la estrategia empresarial en una economía del emprendimiento y la
innovación. En otras palabras, el emprendimiento y la innovación hacen parte de las nuevas reglas
del juego en la economía del presente siglo.
Tres Niveles
La operación de la economía del emprendimiento y la innovación se puede entender mejor al considerar
tres niveles diferentes y las interacciones entre ellos: el nivel macro, el nivel de las organizaciones y el
nivel de los individuos.
En este modelo, las variables en cada uno de los niveles identifican resultados acumulados. Por su parte,
las interrelaciones identifican variables de decisión, que permiten actuar para cambiar los resultados
acumulados en cada uno de los niveles.
En el nivel macroeconómico se identifican los elementos centrales que determinan el entorno que
enfrentan las empresas y los individuos para ejecutar su actividad de innovación emprendedora. Algunas
variables en este nivel son:
El grado de desarrollo económico.
El tamaño de los mercados.
La prevalencia de la tecnología.
En el nivel de las organizaciones, las variables centrales son las siguientes
La estrategia empresarial.
Recursos y capacidades.
Cultura organizacional.
Nivel de los individuos
El nivel de educación.
El desarrollo de habilidades.
La capacidad para la identificación de oportunidades.