La ansiedad es una respuesta normal al estrés, la
preocupación o la amenaza – pero cuando es
muy intensa, de larga duración o
desproporcionada a la circunstancia, se
denomina trastorno de ansiedad.
Se estima que los trastornos de ansiedad afectan entre un 5
y un 7% de la población general, y que hasta un 29% de las
personas sufrirán un trastorno de ansiedad como mínimo
una vez a lo largo de la vida. En 2004, a nivel mundial, más
de 28 millones de personas padecían un trastorno
obsesivo–compulsivo y más de 30 millones padecían un
trastorno de pánico.
Tipos de
ansiedad
El Trastorno de ansiedad generalizada (TAG) consiste en una
ansiedad inespecífica por la posible ocurrencia de algo
indeseable. La preocupación excesiva e incontrolable, la
ansiedad, la tensión y los síntomas físicos como la sequedad
bucal, las manos húmedas, la sudoración o el mareo son los
síntomas típicos.
El Trastorno de ansiedad social (TAS) hace que la persona que lo
padece evite situaciones sociales. La persona teme actuar de
una manera que pueda resultar humillante o embarazosa.
El Trastorno de pánico se caracteriza por ataques repentinos de
pánico asociados con un marcado temor o nerviosismo. El
trastorno de pánico también puede incluir síntomas físicos
como por ejemplo sudoración, dolor, cefalea, náuseas,
palpitaciones o sequedad bucal.
El Trastorno obsesivo–compulsivo (TOC) provoca
pensamientos repetitivos, molestos e indeseados que
provocan temores no razonables (obsesiones) asociados, por
ejemplo, con la limpieza, las secreciones orgánicas o la salud.
Como respuesta a estos temores, los pacientes pueden
realizar rituales especiales (compulsiones) como por ejemplo
lavar, limpiar o bañarse de forma persistente; comprobar
constantemente o seguir una dieta estricta.
Diagnóstico y
tratamiento
existen numerosos tratamientos para controlar los trastornos de ansiedad de
forma efectiva y, en todas las etapas, es importante el apoyo personal de los
familiares y amigos. Durante la visita médica, el médico diagnosticará los
trastornos de ansiedad preguntando por los síntomas, la vida cotidiana y los
antecedentes familiares. También puede practicarse una exploración física
para descartar otras patologías. Si el trastorno de ansiedad se confirma, se
considerarán las diferentes opciones de tratamiento, como son la medicación,
el consejo, el apoyo social, el ejercicio, la relajación y las técnicas de
autoayuda.