El ambiente, las circunstancias y las
condiciones de la vida del individuo son tan solo
la proyección hacia afuera del particular estado
de conciencia en el que aquel individuo
permanece.
Aqui el individuo ve lo que sea que es él,
por virtud del estado de conciencia desde
el cual el mira al mundo.
Cualquier intento de cambiar el mundo exterior
antes de que cambie la estructura interna de su
mente, es trabajar en vano
Todo sucede en orden
La identidad del individuo es el Hijo de Dios.
Y tenemos la palabra de la vida eterna
El “yo” no tiene ni cara, ni forma, ni figura, pero sí se
moldea a sí mismo en la estructura de todo a lo que le
da consentimiento, de lo que cree, y muy pocos de
nosotros sabemos realmente en lo que creemos.
Porque la aceptación del propio ser es la
esencia del problema moral del mundo.
Es el epitome de la verdadera observación de la
vida, porque es la única causa de todo lo que
observas.
El ser secreto es la suma total de todas mis
creencias, es todas las cosas a las que les doy
consentimiento, que forman un patrón de
estructura, ese ser secreto atrae hacia sí
mismo las cosas que están en armonía
consigo mismo.
Entonces, podemos ser cualquier cosa que
deseemos ser en este mundo, si claramente
definiéramos nuestro objetivo en la vida, y lo
ocupáramos constantemente.
Así que el cambiar el sentimiento del “yo”, es
una cosa selectiva, porque innumerables
estados son infinitos estados, pero el “YO”, no
es un estado.
El “YO”, cree ser el estado, cuando entra en él y se
fusiona con él.
Así que, al cambiar el “YO”, tú comienzas con el deseo
Porque el deseo es de donde comienza la acción,
porque tú debes querer ser otro de quien ya eres