La violencia, en sus diferentes variantes, forma parte de la
vida en comunidad, y la propia sociedad, tanto a través del
sistema legal como a través del sistema cultural, la ha ido
componiendo de matices.
Puede hablarse de delito, de agresión, de transgresión,
de asesinato, de desorden... Cualquiera de estas
categorías, como reconoce Guerrero (2008),
La agresividad se entiende como atacar, destruir o hacer daño a alguien.
También tiene una acepción constructiva: podría ser entendido como
sinónimo de espíritu emprendedor. Es un concepto tan relacionado con
lo cotidiano que tiene ese peligro parejo de parecer impreciso.
FACTORES PSICOSOCIALES DE LA AGRESIVIDAD Y LA VIOLENCIA
Lorenz (1966) ya describió cómo los animales responden
agresivamente ante una situación de amenaza. En este apartado
vamos a diferenciar algunos de los factores personales,
ambientales y sociales que se encuentran en la base de la
agresividad.
2.1 Factores personales: Existen rasgos individuales que son comunes
entre personas que se muestran violentas: la baja tolerancia a la
frustración o el narcisismo son algunos de ellos. Igualmente se reconoce
que las personas con personalidad de tipo A pueden ser más agresivas
hacia otros si perciben que compiten contra ellos en una misma tarea
importante.
Una personalidad de tipo A se caracteriza por la impaciencia, por
el espíritu competitivo o por la hostilidad manifiesta.
2.2 Factores ambientales: Arias (2007) plantea, al menos, cuatro causas
ambientales que «justificarían» la agresividad humana: a ) el ruido; b ) el
hacinamiento; c ) la temperatura y d ) el dolor.
Al referirse al ruido, aclara que no se trata tanto de que un nivel elevado de decibelios provoque una
acción agresiva, sino que lo que la produce es la incapacidad para predecirlo o la incapacidad para
controlarlo. Respecto del hacinamiento, tampoco se trata de una cuestión cuantitativa, sino
cualitativa. Se habla, entonces, de la experiencia subjetiva displacentera asociada a la densidad
número de personas/espacio.
La relación temperatura-agresión no es lineal. Existen estudios que avalan que en
países fríos la agresividad es menor. Interesante es conocer que no se produce más
agresividad en los países extremadamente cálidos, sino en aquellos que tienen
climas cálidos. El dolor puede considerarse un potente antecedente de la agresión,
aunque, de nuevo, los estudios resaltan la importancia de la percepción subjetiva
del individuo ante el hecho, y no el hecho en sí mismo como productor.
2.3 Factores culturales: Las conclusiones de un estudio planteado por Tolan y Gorman-Smith (2002) se
resumen en que las tasas de homicidios y violencia no letal fueron más altas en varones jóvenes de
grupos minoritarios de sectores urbanos marginales. La privación relativa es un sentimiento de
descontento asociado a la idea de que hay muy pocas posibilidades de mejorar la situación. Si no se
puede progresar de forma legítima, una persona marginal puede agredir, robar o cometer actos
vandálicos porque no tiene otra salida.
La cultura occidental, en concreto, incluye como un valor que se debe transmitir la no
violencia y la defensa legal de los derechos humanos. Sin embargo, lamentablemente nuestra
sociedad no está exenta de vivir una violencia soterrada, semiinvisible y políticamente
incorrecta.
MANIFESTACIONES DE LA AGRESIVIDAD: LA VIOLENCIA EN EL CONTEXTO INTERPERSONAL Y GRUPAL
3.1 La violencia de genero: La violencia de género, por tanto, no es sólo la que se ejerce contra la
mujer por su pareja en el entorno del hogar; es mucho más amplia, afecta a mujeres de todo el
mundo y adquiere, en todos los casos, formas atroces.
En 1996, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declara que la violencia es un problema de Salud
Pública, destacando las tremendas repercusiones sociales que específicamente crea la violencia
contra las mujeres.
3.2. El bullying: Bullying es el término inglés que se utiliza tanto como el término español (acoso
escolar) para referirse a cualquier forma de maltrato físico o psicológico producido entre escolares.
Durante la última década, profesionales de la psicología y de la educación vienen trabajando sobre
este tema y han conseguido definirlo y describir algunas características.
Para Cerezo (2001, 47), se trata de una conducta agresiva persistente que puede presentarse de, al
menos, cinco formas. Como: Maltrato físico: agresión física o daño a la propiedad. — Abusos sexuales,
intimidaciones, vejaciones. — Maltrato verbal: poner motes, insultar. — Maltrato social: propagar
rumores, aislar del grupo. — Maltrato indirecto: inducir a otras personas a atacar a la víctima elegida.
3.3. El mobbing: González de Rivera (2005, 40) nos recuerda que en la jurisprudencia escocesa,
mobbing significa asamblea o reunión de gentes para propósitos violentos e ilegales, que incluye
causar lesiones a personas, destruir propiedades y sembrar terror y alarma en la población.
El Código Penal reconoce un delito de trato inhumano y degradante en su artículo 373 que podría
aplicarse al mobbing. Sin embargo, en la realidad de la jurisprudencia, los jueces son muy restrictivos
para hacer entrar al mobbing en esa categoría.
3.4. Las personas tóxicas: Lillian Glass en 1995 en su libro Toxic people, y hace referencia a aquellas
personas que para que suba su autoestima o su estado de ánimo necesitan que otros lo tengan bajo o
decaído. Para ello infunden confusión, inseguridad, dolor y tristeza en los que, en principio, podían
ser los mejores momentos de la persona vampirizada: días comunes en los que vea bien a la víctima,
o una fiesta, un cumpleaños, un viaje, un nuevo empleo, una alegría cualquiera.
Stamateas (2011), basándose en la doctora Glass, ha clasificado de una forma muy divulgativa y entendible a las
personas tóxicas: Agresivo verbal, envidioso, Descalificador, El psicópata, El quejoso y El meteculpas.
3.5 La violencia en el deporte: La violencia en el deporte, especialmente en el fútbol, está presente y
debe convertirse en objeto de reflexión. Gómez (2007), en un extenso artículo, ofrece datos que dan
que pensar. De entrada reconoce, al menos, tres tipos de actos violentos:
Agresión entre jugadores, Agresiones al árbitro y Lanzamientos de objetos.
Agresión hostil: la recompensa es el daño en sí mismo y la Agresión instrumental: «jugar sucio» para
ganar la competición.
LA VIOLENCIA EN EL CONTEXTO SOCIAL: EL CASO DE LOS MEDIOS DE
COMUNICACIÓN Y LA VIOLENCIA MACHISTA
Por tanto, la televisión se convirtió en un gran altavoz y en agente terapéutico.
Hasta ese momento, la mayoría de las mujeres víctimas de malos tratos solían sentir vergüenza y
culpa por lo que les pasaba y no hablaban de su situación ni con su propia familia.
En algunos casos (especialmente en el mundo rural) se entendía hasta como «normal» ese maltrato;
de ahí el título que Miguel Lorente Acosta pone a su libro: Mi marido me pega lo normal . Así pues, los
medios de comunicación, encabezados por la televisión, logran que muchas mujeres entiendan que
esa situación que viven no es aceptable.
Desde ese momento hasta ahora, efectivamente, los propios medios han utilizado diferentes
términos para referirse a la violencia contra las mujeres. De esa «violencia familiar» se pasó al uso de
«violencia doméstica», luego al de «violencia de género» o «violencia contra las mujeres». En la
actualidad, la Agencia de Noticias EFE incluye en su libro de estilo el término «violencia machista»,
por considerarlo más descriptivo y contundente.
Fernández-Martorell ha dedicado varios años de su vida a estudiar en profundidad el fenómeno de la
violencia machista desde el punto de vista del maltratador.
ha realizado entrevistas en profundidad a quince hombres juzgados por agredir a sus parejas, una
experiencia que le ha permitido acercarse al problema desde una perspectiva más controvertida y
menos trabajada.