Muchos diuréticos aumentan la excreción
urinaria de solutos en especial de sodio y
cloro, además del volumen de la orina.
La mayoría de los solutos que se usan clínicamente
actúan, principalmente, reduciendo la túbulos
renales, lo que provoca reabsorción una natriuresis
de sodio (aumento en los de la pérdida de sodio) y
una diuresis (aumento de la pérdida de agua)
El uso clínico más común de los diuréticos es
volumen de LEC en enfermedades asociadas
reducir el a edema e hipertensión.
Equilibrio entre la ingestión
de sal y agua y la diuresis
durante el tratamiento
crónico con diuréticos.
Algunos diuréticos pueden aumentar la diuresis hasta
más de 20 minutos después de su administración.
el efecto de los diuréticos sobre la pérdida renal de sal y agua
desaparece en unos días, debido a la activación de otros mecanismos
compensadores iniciados por la reducción del volumen del LEC.
Por ejemplo, una reducción del volumen del
LEC reduce la TA y la filtración glomerular
(FG) y aumenta la secreción de renina y la
formación de angiotensina ll
todas estas respuestas anulan finalmente los
efectos del diurético sobre la diuresis, así que
en situación estable, la diuresis se iguala a la
ingestión pero solo tras producirse reducciones
del volumen del LEC.
Los muchos diuréticos disponibles para uso
clínico tienen diferentes mecanismos de acción
y, por tanto, inhiben la reabsorción tubular en
diferentes lugares a lo largo de la nefrona renal.
NEFROPATÍAS
Se divide en 2 categorias principales
lesión renal aguda (LRA)
los riñones, bruscamente,
dejan de trabajar por completo o
casi por completo, pero pueden
después recuperarse casi
totalmente
nefropatia crónica (NC)
hay una pérdida progresiva de la
función de las nefronas que
reduce gradualmente la función
global del riñón
Dentro de estas dos categorías hay muchas
nefropatías específicas que pueden afectar a los
vasos renales, los glomérulos, los túbulos, el
intersticio renal y partes de la vía urinaria fuera
del riñón.
Insuficiencia renal aguda
La insuficiencia renal aguda prerrenal se
produce como consecuencia del descenso del
aporte sanguíneo renal.
Puede ser la consecuencia de una insuficiencia
cardíaca, que reduce el GC y la TA, o de
trastornos asociados a un menor volumen
sanguíneo, como una hemorragia grave.
Cuando el flujo sanguíneo renal disminuye
hasta menos del 20 % de lo normal , las células
renales comienzan a mostrar hipoxia
Si continúa el descenso del flujo, las
células sufren daños o muerte
Si la insuficiencia renal aguda no se
corrige, puede evolucionar a
insuficiencia renal aguda intrarrenal
La insuficiencia renal aguda intrarrenal se debe a anomalías
dentro del propio riñón, incluidas las que afectan a los vasos
sanguíneos, los glomérulos o los túbulos.
La glomerulonefritis aguda es un tipo de insuficiencia renal
aguda intrarrenal causada por una reacción inmunitaria
anómala que provoca la inflamación de los glomérulos.
Normalmente, la inflamación aguda remite en 2 semanas, aunque en algunos
pacientes muchos de los glomérulos son destruidos sin reparación posible
En un pequeño porcentaje de pacientes, el
deterioro renal continúa hasta la
insuficiencia renal crónica progresiva
Otra causa de una insuficiencia renal aguda intrarrenal es la necrosis
tubular aguda, que se debe a isquemia renal grave, toxinas o
medicamentos que dañan las células epiteliales en los túbulos
Si el daño no es muy intenso, puede haber cierta regeneración de
las céulas epiteliales tubulares y se puede restaurar la función renal
La insuficiencia renal aguda posrenal se debe a
una obstrucción del sistema colector entre los
cálices y la salida de la vejiga.
Las causas más importantes de obstrucción
del SU se deben a litiasis renal por
precipitación de Ca, urato o cisteína
Insuficiencia renal crónica: una reducción
irreversible del número de nefronas
funcionales
A menudo, los síntomas clínicos graves no aparecen hasta
que el número de nefronas funcionales se reduce hasta al
menos un 70 % de lo normal.
El mantenimiento de las concentraciones sanguíneas normales de
electrólitos y de los volúmenes normales de los líquidos corporales se
produce a expensas de compensaciones sistémicas como la
hipertensión, que a largo plazo pueden provocar otros problemas
clínicos añadidos.
La insuficiencia renal crónica, al igual que la aguda, puede
aparecer por un trastorno de los vasos sanguíneos, los glomérulos,
los túbulos, el intersticio renal y la vía urinaria inferior.
A pesar de esta amplia variedad de enfermedades que
pueden provocar una insuficiencia renal crónica, el
resultado final es prácticamente el mismo: una reducción
del número de nefronas funcionales.
La insuficiencia renal crónica inicia un
círculo vicioso que lleva a una
nefropatía terminal.
En algunos casos, una lesión renal inicial provoca un
deterioro progresivo de la función renal y una pérdida
adicional de nefronas hastael punto de precisar diálisis o
un trasplante de un riñón funcional para sobrevivir.
Esta situación se denomina nefropatía terminal
Las causas de este daño progresivo son
desconocidas, aunque algunos
investigadores opinan que pueden estar
relacionadas con el aumento de la
presión o el estiramiento de los
glomérulos supervivientes como
consecuencia de una vasodilatación
adaptativa o del aumento de la TA
Se cree que el aumento mantenido
de la presión y la distensión de las
arteriolas pequeñas y de los
glomérulos provocan esclerosis de
los vasos (sustitución de tejido
normal por tejido fibroso).
Estas lesiones escleróticas pueden,
finalmente, obliterar el glomérulo, lo
que reduce aún más función renal y
produce un círculo vicioso lentamente
progresivo que termina finalmente en
una nefropatía terminal.
Entre las causas más comunes de la nefropatía
terminal se encuentran la diabetes mellitus y la
hipertensión; juntas, representan más del 70 % de
todos los casos de insuficiencia renal crónica.
causas generales de la
insuficiencia renal crónica
lesión del intersticio renal
Las enfermedades
primarias o
secundarias del
intersticio renal se
denominan nefritis
intersticial.
Pueden deberse a lesiones vasculares,
glomerulares o tubulares que destruyen nefronas
individuales, pueden consistir en una lesión
primaria del intersticio renal por tóxicos, fármacos
o infecciones bacterianas.
causada por infecciones
bacterianas se denomina
pielonefritis.
Esta infección puede deberse a bacterias que llegan al
riñón a través del FS o, más comúnmente, a la
ascensión desde las vías urinarias bajas a través de
los uréteres y hasta el riñón.
En la pielonefritis de larga duración, la invasión
renal por bacterias no solo lesiona el intersticio
renal, sino que también lesiona progresivamente
los túbulos renales, los glomérulos y otras
estructuras provocando, en último término, la
pérdida de nefronas funcionales.
Lesión de los glomérulos
Un ejemplo es la glomerulonefritis
crónica, que puede deberse a varias
enfermedades que producen inflamación
y lesión en las asas capilares de los
glomérulos renales
Al contrario que la forma aguda de esta enfermedad, la
glomerulonefritis crónica es una enfermedad lentamente
progresiva que puede llevar a una insuficiencia renal irreversible.
Puede ser una nefropatía
primaria tras una
glomerulonefritis aguda, o
secundaria a una enfermedad
sistémica, como el lupus
eritematoso.
Lesión de los vasos renales
Algunas de las causas más comunes de lesión
vascular renal son la ateroesclerosis de las
arterias renales grandes, la hiperplasia
fibromuscular de una varias arterias grandes
y la nefroesclerosis, causada por lesiones
escleróticas de las arterias pequeñas, las
arteriolas los glomérulos que, a menudo, es
consecuencia de la hipertensión o la DM
Función de la nefrona en la
insuficiencia renal crónica
La pérdida de nefronas funcionales requiere que
las nefronas supervivientes excreten más agua y
solutos.
Estas adaptaciones permiten el mantenimiento de los
balances de agua y electrólitos con pocos cambios en el
volumen extracelular en la composición de los electrólitos,
incluso en pacientes han perdido hasta el 70 % de sus
nefronas
Al contrario que los electrólitos, muchos de los productos de desecho
del metabolismo, como la urea y la creatinina, se acumulan casi en
proporción al número de nefronas que se hayan destruido.
Estas sustancias no son ávidamente reabsorbidas por los túbulos
renales, y dependen en gran medida del FG para su excreción
Si el FG disminuye, dichas sustancias se acumulan en el cuerpo
transitoriamente, aumentando su concentración plasmática hasta
que la carga filtrada (FG x concentración plasmática) y la excreción
(concentración en orina x volumen de orina) vuelvan a la
normalidad, que será cuando se alcance a eliminación igual a la
ingestión o producción de la sustancia en el cuerpo
Algunas sustancias como el fosfato, el urato y los iones
hidrógeno se mantienen cerca de los límites normales hasta
que el FG se reduce a un 20-30 % de lo normal
Después, las concentraciones plasmáticas
aumentan, pero no en proporción con la reducción
del FG
En el caso de los iones cloro y sodio, sus concentraciones
plasmáticas se mantienen prácticamente constantes
incluso con reducciones intensas del FG
Esto se consigue reduciendo mucho la
reabsorción tubular de estos electrólitos
Los riñones filtran normalmente unos 180 L
de liquido cada día en los capilares
glomerulares y después transforman este
filtrado en aproximadamente 1,5L de orina a
medida que el líquido recorre los segmentos
sucesivos de la nefrona
Sea cual sea el número de nefronas funcionales,
los riñones deben excretar el mismo volumen de
orina (si la ingesta se mantiene constante) para
mantener el equilibrio de líquidos.
Por tanto, la pérdida de nefronas funcionales exige que las
nefronas supervivientes excreten más agua y solutos para evitar
una acumulación grave de dichas sustancias en los líquidos
corporales
Para ello, se aumenta el FG o se disminuye la
reabsorción tubular en las nefronas
supervivientes.
Efectos de la insuficiencia renal en
los líquidos corporales: uremia
Suponiendo que la ingestión se mantiene
relativamente constante, los efectos
importantes son:
Retención de agua y
desarrollo de edema
Anemia
Si los riñones están gravemente
dañados, no pueden secretar la
cantidad adecuada de eritropoyetina,
que estimula la producción de
eritrocitos en la médula ósea
Acidosis
Se produce cuando los riñones pierden su
función y el ácido se acumula en los
líquidos corporales
Los amortiguadores de los líquidos corporales
pueden amortiguar normalmente 500-1.000 mmol de
ácido sin incrementos mortales de la concentración
del H en el LEC. Sin embargo, el cuerpo produce cada
dia 50-80 mmol más de ácidos que de álcalis en el
metabolismo
Sin embargo, el cuerpo produce cada dia
50-80 mmol más de ácidos que de álcalis
en el metabolismo
La insuficiencia renal completa provocará, así, la
acumulación de ácido en sangre en pocos días
Aumento en el LEC de urea (uremia) y de
nitrógeno no proteico (azoemia).
El nitrógeno no proteico procede de la urea, el
ácido úrico, la creatinina y otros compuestos
menos importantes
En general, se trata de
productos finales del
metabolismo de las proteínas
Osteomalacia
En la insuficiencia renal prolongada
se producen cantidades insuficientes
de la forma activa de la vitamina D,
lo que disminuye la absorción
intestinal de calcio y disminuye su
disponibilidad para el hueso.
Todas esas situaciones provocan osteomalacia, en
la que los huesos se absorben parcialmente y se
debilitan mucho
Otra causa importante de la
desmineralización de los huesos
en la insuficiencia renal crónica es
el aumento de la concentración
sérica de fosfato, que se produce
porque disminuye el FG.
La concentración sérica alta de fosfato aumenta su
unión al calcio en plasma, disminuyendo el calcio
sérico ionizado y estimulando, a su vez, la secreción de
la hormona paratiroidea, lo que aumenta la liberación
de calcio desde los huesos y, con ello, aumenta la
desmineralización
El efecto de la insuficiencia renal
completa sobre los líquidos corporales
depende de la ingestión de agua y
alimentos y del grado de deterioro de la
función renal.