La sexualidad de los humanos no es una
sexualidad natural que se rige por los instintos.
Sexuación es el resultado de un cierto
proceso como resultado del lenguaje.
Es así como la lógica es vista desde una
perspectiva edípica.
En la mujer se encuentra dos lógicas: la fálica (masculina) y la femenina.
Lacan plantea a un hombre y una mujer que poseen ambas perspectivas
lo cual da paso a una mejor perspectiva de que es lo que quiere la
persona.
Para Lacan, la relación entre los
sexos nunca es
complementaria, el amor suple
la no complementariedad. La
mujer es un síntoma para el
hombre: satisfacción
inconsciente y es una
problemática, no
necesariamente negativo, pero
es algo que se repite. En el
análisis reduce todo estos
síntomas y lo comprime en lo
más singular que se posee.
Los ideales sociales también pueden llegar a ser un peso, es algo que
determina a la persona, lo que provoca que la persona no se
cuestione nada, que se sienta desorientado subjetivamente.