La influencia de Alfonso X el Sabio fue determinante en el
desarrollo de la prosa en castellano. Durante su reinado
(1252-1284) impulsó el castellano como lengua de la
administración y de la cultura, sustituyendo en estos usos al
latín, pues la mayoría de las personas ya no entendían este
idioma. Además, promovió la publicación de obras científicas,
históricas y legales, para lo que facilitó la colaboración de
sabios cristianos, judíos y musulmanes en la Escuela de
Traductores de Toledo.
Obras
lúdicas: Libro
de ajedrez,
dados y
tablas.
Textos legales
y jurídicos:
Setenario, las
Siete partidas.
Obras históricas:
General Estoria
y Estoria de
España.
Libros científicos:
Lapidario y Libros del
saber de astronomía.
Los ejemplarios
El ejemplario o exempla es el
conjunto de cuentos
didácticos compuestos para
entretener y aportar una
enseñanza provechosa.
El castellano se incorpora también a la
vieja tradición de los ejemplarios,
muy abundantes en el siglo xiii. Los
primeros ejemplarios estaban
pensados para ofrecer a reyes y
nobles una guía de conducta, pero
más tarde los predicadores cristianos
vieron en ellos una excelente forma
de aplicación de su doctrina
Las colecciones de ejemplos
suelen recurrir al uso de un
marco narrativo, es decir, una
estructura que sirve para
organizar los cuentos dentro
de una narración general. Lo
más frecuente es que los
cuentos sean el modo en que
un consejero sabio ilustre con
sus consejos a un rey o noble.
Muchos de estos cuentos
proceden del Lejano
Oriente, y llegan a
nosotros a través de
versiones persas, árabes
y latinas. De los
ejemplarios traducidos al
castellano en esta época
destacan el Calila e
Dimna y el Sendebar.
Don Juan Manuel
Don Juan Manuel es el primer
autor en prosa consciente de la
importancia de su tarea de
escritor y preocupado por la
correcta transmisión de sus obras.
Sobrino del rey Alfonso X, quiso
hacer valer la importancia de la
nobleza, cuando esta clase social
empezaba a perder relevancia.
Por eso las obras que escribe las
dirige a la aristocracia, a la que
ofrece guías de conducta política
y religiosa, utilizando para ello el
modelo de la literatura didáctica.
Esta intención de aconsejar a
la nobleza determina que los
asuntos que trata aparezcan
una y otra vez en sus
diferentes obras. Estos temas
son preferentemente los
siguientes:
Políticos: la
educación de los
nobles, la fama, la
guerra o la
riqueza.
Políticos: la
educación de
los nobles, la
fama, la
guerra o la
riqueza.
Religiosos: la
salvación del
alma desde una
perspectiva
cristiana.
El teatro medieval
El teatro medieval tiene un contenido
principalmente religioso, porque nace dentro de
las ceremonias cristianas, a las que
seguramente se incorporó para hacer más
amenas y comprensibles a los fieles las
enseñanzas. Las primeras muestras de este
teatro son breves textos con música y cortos
diálogos, que se representaban dentro de los
templos, pero con el tiempo se fueron haciendo
más elaborados, y necesitaron un escenario
propio al aire libre. Este teatro religioso estaba
ligado a dos períodos fundamentales del
calendario cristiano, la Navidad (nacimiento de
Jesucristo) y la Pascua (muerte y resurrección de
Cristo).
Al ciclo de la Navidad pertenece nuestra pieza de teatro
medieval mejor conservada, el Auto o Representación de
los Reyes Magos.
El Auto o Representación de los Reyes
Magos es una obra incompleta del siglo
xii, que se escenificaba durante el
tiempo de la Epifanía o adoración de
Jesús. En la obra aparecen los Reyes
Magos siguiendo una estrella, para llegar
a Belén y adorar a Cristo. Visitan a
Herodes, rey de Judea, y le cuentan su
revelación. Este, preocupado, consulta
con dos sabios de su corte, y ahí termina
el fragmento conservado.
Una obra capital El
conde Lucanor
El conde Lucanor se inserta en la larga
tradición de los relatos didácticos, con la
diferencia de que su autor, don Juan
Manuel, es consciente de su importante
labor como escritor que trata de enseñar
a los nobles el modo adecuado de
comportarse en esta vida y de salvar su
alma.
Estructura
El conde expone a su consejero Patronio un problema al que se enfrenta.
Patronio le responde mediante un relato o exemplum en el que el conde puede encontrar la solución
a sus dificultades.
Al conde le parece bien el ejemplo, lo aplica y resuelve su problema.
Finalmente, se resume la enseñanza del cuento en unos pocos versos.
El conde Lucanor está dividido en
cinco partes. La más interesante de
ellas es la primera, que contiene 51
ejemplos. Estos, herederos de los
manuales para la educación de
príncipes y nobles, comparten un
mismo marco: en todos ellos un
sabio va dando respuesta a
diferentes preguntas sirviéndose de
breves cuentos.