TRASTORNOS
PSICOLÓGICOS DE INICIO
EN LA INFANCIA Y
ADOLESCENCIA
¿QUÉ ES UN TRASTORNO?
Según el DSM (Manual Diagnóstico y Estadístico de los
Trastornos Mentales) “Un trastorno mental es un síndrome
caracterizado por una alteración clínicamente significativa del
estado cognitivo, la regulación emocional o el comportamiento
de un individuo, que refleja una disfunción de los procesos
psicológicos, biológicos o del desarrollo que subyacen en su
función mental.”
IDENTIFICA LOS DIFERENTES TRASTORNOS DE
INICIO DE LA INFANCIA
- Retraso mental
- Trastornos del aprendizaje
- Tratarnos de las habilidades motoras
- Trastornos de la comunicación
- Trastornos generalizados del desarrollo
- Trastornos por déficit de atención y comportamiento perturbador
- Trastornos de la eliminación
- Trastornos de la ingestión y de la conducta alimentarias de la infancia o la niñez
- Mutismo selectivo
DEFINE Y CARACTERIZA EL DIAGNÓSTICO
MULTIAXIAL
Todos los pacientes deben ser diagnosticados mediante un modelo
biopsicosocial, integral o multiaxial. Este abordaje de los enfermos permite
valorar en contexto los aspectos biológicos, psicológicos, sociales y
culturales de las dolencias del individuo. La aproximación multiaxial
posibilita un diagnóstico más preciso y seguro. Además, hace más cálida y
humana la práctica clínica cotidiana. Un sistema multiaxial implica una
evaluación en varios ejes, cada uno de los cuales concierne a un área distinta
de información que puede ayudar al clínico en el planeamiento del
tratamiento y en la predicción de resultados.
En la clasificación multiaxial DSM-IV se incluyen cinco ejes: Eje I en él se
codifican los trastornos clínicos y otras enfermedades que puedan ser
objeto de atención clínica.
Eje II se codifican en este eje los trastornos de la
personalidad, el retraso mental y los mecanismos de
defensa.
Eje III en este eje se incluyen las enfermedades médicas y
los problemas físicos cuando van acompañados de un
trastorno mental.
Eje IV se codifican en este eje los problemas ambientales
y psicosociales que contribuyen con un trastorno.
Eje V en este eje se incluye la opinión del clínico respecto del nivel
de funcionamiento y actividad del paciente. Habitualmente al hacer
un diagnóstico los ejes a los que más atención se les presta son el
Eje I y el Eje II.
El uso del sistema multiaxial facilita una evaluación completa y sistemática de los distintos trastornos mentales y
enfermedades médicas, de los problemas psicosociales y ambientales, y del nivel de actividad, que podrían pasar
desapercibidos si el objetivo de la evaluación se centrara en el simple problema objeto de la consulta. Un sistema multiaxial
proporciona un formato adecua- do para organizar y comunicar información clínica, para captar la complejidad de las
situaciones clínicas y para describir la heterogeneidad de los individuos que presentan el mismo diagnóstico. Además, el
sistema multiaxial promueve la aplicación del modelo biopsicosocial en clínica, enseñanza e investigación. El resto de este
apartado describe cada uno de los ejes DSM-IV. En algunos centros o situaciones los clínicos pueden preferir no utilizar el
sistema multiaxial.
DESCRIBE LOS TRASTORNOS DE LA ADOLESCENCIA
Los principales problemas psicológicos en adolescentes. En general, la mayoría
de los trastornos se dividen en dos tipos: - Emocionales y del comportamiento.
Trastornos del ánimo, de conducta alimenticia (anorexia, bulimia), la llamada
crisis de la adolescencia (aislamiento, agresividad, rebeldía, ansiedad
conflictiva en relación a la identidad y la orientación sexual) y los trastornos
por sustancias como el alcohol o las drogas. - De aprendizaje. Déficit de
Atención, que se puede dar con o sin hiperactividad.
FOBIA SOCIAL: Las personas con el trastorno de ansiedad social, más conocido como fobia
social, sienten un gran malestar en situaciones que comportan la interacción con otras personas.
Esto puede llegar a causar los síntomas físicos y cognitivos propios de las crisis de angustia, como
taquicardia y dificultades para respirar. En muchos casos se debe a rechazo o acoso escolar.
TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN CON HIPERACTIVIDAD: El controvertido trastorno por déficit de
atención con hiperactividad se diagnostica normalmente en la infancia. En más de la mitad de los casos los
síntomas remiten en la adolescencia y la juventud, pero en el resto se mantienen durante la vida adulta. El TDAH
implica un aumento en la probabilidad de desarrollar adicciones, depresión o trastornos de ansiedad. Puesto que
la popularización del diagnóstico de TDAH es relativamente reciente, es habitual encontrar alteraciones
similares en personas adultas diagnosticadas de trastornos del control de los impulsos, así como otros
problemas psicológicos relacionados con la impulsividad y la agitación psicofisiológica.
ANOREXIA, BULIMIA Y TRASTORNO POR ATRACÓN La anorexia y la bulimia nerviosas son asociadas
frecuentemente a la adolescencia y a la juventud, si bien pueden aparecer en cualquier momento de la vida.
Factores de tipo psicosocial están contribuyendo en la actualidad a un adelanto de la edad media de inicio de
estos trastornos de la conducta alimentaria en buena parte del mundo. El trastorno por atracón es una
alteración que se engloba en la misma categoría y que ha sido incluida recientemente en el DSM-5. Se
caracteriza por la presencia de episodios de ingesta compulsiva similares a los que tiene lugar en la bulimia,
aunque se asocia con la obesidad al no estar presentes conductas compensatorias como la inducción del
vómito.
ABUSO Y DEPENDENCIA DE SUSTANCIAS: El consumo de
sustancias psicoactivas, como el alcohol, el cannabis o la cocaína,
se inicia comúnmente durante la adolescencia. Si bien muchos
adolescentes realizan un consumo puntual o lo abandonan al cabo
de un tiempo, en otros casos pueden desarrollarse trastornos por
abuso o por dependencia de estas sustancias con alto riesgo de
cronificación.
DEPRESIÓN MAYOR Y DISTIMIA: Según el DSM-IV el trastorno depresivo mayor se caracteriza por la
presencia de un estado de ánimo patológicamente bajo y la dificultad para obtener placer mediante la
realización de actividades gratificantes (anhedonia). La distimia es un trastorno depresivo cuyos síntomas tienen
una intensidad menor pero que se mantienen de forma crónica, durante al menos 2 años. Los trastornos
depresivos son dos veces más habituales en mujeres que en hombres y se inician de forma más frecuente en la
tercera y en la cuarta décadas de la vida, si bien pueden aparecer a cualquier edad. La vivencia de experiencias
traumáticas y el aprendizaje de creencias depresógenas durante la infancia son factores relevantes en su
desarrollo.
TRASTORNOS ADAPTATIVOS Y DE ESTRÉS: Los trastornos adaptativos se diagnostican cuando la
persona presenta síntomas ansiosos o depresivos de intensidad moderada como consecuencia de
eventos vitales significativos. Estos problemas son más habituales en personas jóvenes, incluyendo
los adolescentes, puesto que tienden a disponer de estrategias menos eficaces para afrontar el
estrés. Algo similar sucede con el trastorno por estrés agudo y con el trastorno por estrés
postraumático. Mientras que la primera etiqueta se utiliza cuando los síntomas provocados por un
acontecimiento traumático duran menos de un mes, el trastorno por estrés postraumático es una
variante más grave y duradera que conlleva un alto riesgo de suicidio.
TRASTORNO DE ANSIEDAD GENERALIZADA: Las personas con trastorno de
ansiedad generalizada se preocupan en exceso y de forma sistemática a causa de
sus expectativas negativas, a menudo irracionales. Esto hace que aparezcan
síntomas físicos y cognitivos asociados como insomnio, irritabilidad, dolor de
estómago, sudoración y tensión muscular.
TRASTORNOS DISOCIAL Y NEGATIVISTA DESAFIANTE: El trastorno disocial es una variante
de inicio temprano y de menor gravedad del trastorno antisocial de la personalidad. Los
criterios del trastorno disocial incluyen la utilización de la violencia física y verbal contra
personas u otros animales, el robo, la destrucción de la propiedad de otras personas o las
violaciones graves de normas de los padres y del centro académico. Un problema asociado es el
trastorno negativista desafiante, que se diagnostica en niños y adolescentes que desobedecen a
los adultos, tienen una tendencia marcada al enfado y acusan a otras personas de su mal
comportamiento. Los criterios diagnósticos de estos trastornos de conducta han sido criticados
por incluir juicios de valor de carácter ético.