Es una región finita del espacio en cuyo interior existe una concentración de masa lo
suficientemente elevada como para generar un campo gravitatorio tal que ninguna partícula
material, ni siquiera la luz, puede escapar de ella.
La gravedad de un agujero negro, o «curvatura del espacio-tiempo», provoca una singularidad
envuelta por una superficie cerrada, llamada horizonte de sucesos.
Agujeros negros supermasivos: con masas de varios millones de masas solares. Se hallarían en el
corazón de muchas galaxias. Se forman en el mismo proceso que da origen a los componentes
esféricos de las galaxias. Agujeros negros de masa estelar. Se forman cuando una estrella de masa
2,5 veces mayor que la del Sol se convierte en supernova e implosiona. Su núcleo se concentra en un
volumen muy pequeño que cada vez se va reduciendo más. Este es el tipo de agujeros negros
postulados por primera vez dentro de la teoría de la relatividad general. Micro agujeros negros. Son
objetos hipotéticos, algo más pequeños que los estelares. Si son suficientemente pequeños, pueden
llegar a evaporarse en un período relativamente corto mediante emisión de radiación de Hawking.
Este tipo de entidades físicas es postulado en algunos enfoques de la gravedad cuántica, pero no
pueden ser generados por un proceso convencional de colapso gravitatorio, el cual requiere masas
superiores a la del Sol.
Un objeto sometido a una compresión mayor que la de las estrellas de neutrones tendría un campo
gravitatorio tan intenso, que cualquier cosa que se aproximara a él quedaría atrapada y no podría
volver a salir.