De acuerdo al Manual Diagnóstico y
Estadístico de los Trastornos Mentales
(DSM-5), los trastornos de la
comunicación incluyen las deficiencias
del lenguaje, el habla y la comunicación.
Categorías
Diagnósticas
Trastorno del lenguaje
Trastorno fonológico
Trastorno de la fluidez
de inicio en la infancia
(tartamudeo)
Trastorno de la
comunicación social
(pragmático)
Trastorno de la
comunicación no
especificado
Causas y factores de riesgo
Para desarrollar el
lenguaje, un niño debe ser
capaz de oír, ver,
entender y recordar.
Pueden ocurrir en niños con otros problemas del
desarrollo, trastornos del espectro autista,
dificultades auditivas o del aprendizaje, o por daño
al sistema nervioso central, es decir, una lesión
cerebral, en raras ocasiones son causados por falta
de inteligencia.
Los problemas con las habilidades
lingüísticas receptivas comienzan
generalmente antes de los cuatro
años de edad.
Se diferencian del retraso en el lenguaje, ya que el
niño desarrolla el habla y el lenguaje de la misma
manera que otros niños, pero posteriormente. En
los trastornos del lenguaje, el niño puede tener
algunas habilidades del lenguaje, pero no otras, o la
manera como estas habilidades se desarrollan será
diferente de lo normal.
Los niños con deficiencias receptivas del
lenguaje tienen peor pronóstico que los que
tienen deficiencias expresivas, manifiestan
dificultades en la compresión de la lectura.
Factor genético y fisiológico:
son altamente heredables y
los miembros de la familia
tienen más probabilidades de
tener antecedentes de
deficiencias lingüísticas.
En el caso del trastorno de la
comunicación social, los
antecedentes de trastorno del
espectro autista, los
trastornos de comunicación y
el trastorno específico del
aprendizaje parecen aumentar
el riesgo.
Recomendaciones acerca de
la evaluación a temprana
edad
De 3 a 4 años se recomienda una
evaluación si el niño presenta retraso en
las competencias del lenguaje
comprensivo, dificultad en la expresión
(estructura gramatical (tres palabras-
frase), tartamudez y problemas en la
pronunciación.
El niño con sospecha de un trastorno del lenguaje deberá someterse
a observación estructurada tanto en su ambiente natural como a
través de diferentes pruebas psicométricas generales y específicas,
el objetivo es descartar el retraso mental u otros déficits como una
discapacidad auditiva, que serían incompatibles con un diagnóstico
de trastorno del lenguaje.
Dificultades auditivas, visuales,
neuro-motrices, cognoscitivas, relacionales,
pueden impedir o retrasar el desarrollo de la
palabra y del lenguaje.