Surgio o se debe a un un error geográfico, el cual cambió el rumbo de la historia.
Tras la llegada a America, muchos españoles, y otros que llegarían después, eran criminales rasos en libertad condicional, que no tenían
más razones para quedarse.
En Colombia
Los indigenas que habitaban en ese tiempo
No tenían una noción de Estado, ni unidad política entre ellas, pero habían descubierto el prodigio político de
vivir como iguales en las diferencias
El oro y las piedras preciosas no tenían para ellos un valor de cambio sino un poder cosmológico y artístico,
pero los españoles los vieron con los ojos de Occidente
Esa fue la razón y la fuerza de la Conquista y la Colonia, y el origen real de lo que somos.
Sus límites y su división política de doce provincias eran semejantes a los de hoy. Esto dio por primera vez la
noción de un país centralista y burocratizado, y creó la ilusión de una unidad nacional en el sopor de la
Colonia.
Pero las leyes de Indias habían impuesto patrones milimétricos de segregación según el grado de sangre
blanca dentro de cada raza
Semejantes leyes no pudieron aplicarse con demasiado rigor por la dificultad de distinguir las intrincadas
fronteras de las razas, y por la misma dinámica social del mestizaje, pero de todos modos aumentaron las
tensiones y la violencia raciales.
Las luces de la Revolucion Francesa
Inspiro a instaurar una república moderna de buenas intenciones, pero no logró eliminar los residuos de la Colonia.
Dos dones naturales nos han ayudado a sortear ese sino funesto, a suplir los vacíos de nuestra condición
cultural y social, y a buscar a tientas nuestra identidad.
Uno es el don de la creatividad, expresión superior de la inteligencia humana.
El otro es una arrasadora determinación de ascenso personal
Ambos, ayudados por una astucia casi sobrenatural, y tan útil para el bien como para el mal, fueron un
recurso providencial de los indígenas contra los españoles
La cualidad con que se les distingue en el folclor del mundo entero es que ningún colombiano se deja morir
de hambre.
Han asimilado las costumbres y las lenguas de otros como las propias, pero nunca han podido sacudirse del
corazón las cenizas de la nostalgia, y no pierden ocasión de expresarlo con toda clase de actos patrióticos
para exaltar lo que añoran de la tierra distante, inclusive sus defectos.
Somos conscientes de nuestros males, pero nos hemos desgastado luchando contra los síntomas mientras
las causas se eternizan
Pues nos complacemos en el ensueño de que la historia no se parezca a la Colombia en que vivimos, sino que
Colombia termine por parecerse a su historia escrita
Pues somos dos países a la vez: uno en el papel y otro en la realidad.
Tal vez una reflexión más profunda nos permitiría establecer hasta qué punto este modo de ser nos viene
de que seguimos siendo en esencia la misma sociedad excluyente, formalista y ensimismada de la Colonia.
Nuestra educación conformista y represiva parece concebida para que los niños se adapten por la fuerza a
un país que no fue pensado para ellos, en lugar de poner el país al alcance de ellos para que lo transformen
y engrandezcan.
La clarividencia precoz y la sabiduría del corazón, hasta que los niños olviden lo que sin duda saben de
nacimiento
Que la realidad no termina donde dicen los textos, que su concepción del mundo es más acorde con la
naturaleza que la de los adultos, y que la vida sería más larga y feliz si cada quien pudiera trabajar en lo que
le gusta, y sólo en eso.
La Misión de Ciencia, Educación y Desarrollo no ha pretendido una respuesta, pero ha querido diseñar una
carta de navegación que tal vez ayude a encontrarla.
Creemos que las condiciones están dadas como nunca para el cambio social, y que la educación será su
órgano maestro.
Una educación desde la cuna hasta la tumba, inconforme y reflexiva, que nos inspire un nuevo modo de
pensar y nos incite a descubrir quiénes somos en una sociedad que se quiera más a sí misma.