Realidad del maltrato y
mantenimiento de la relación.
Estrategias cognitivas
Distorsión de la realidad basadas en:
- experiencias vividas - creencias
transmitidas culturalmente - fase
evolutiva del maltrato
Violencia sutil
(predominio psicológico)
Negación o minimización del problema,
- Autoengaño y atención selectiva a los
aspectos positivos de su pareja. -
Comportamientos violentos justificados
y normalizados.
Maltrato comienza de
forma brusca e intensa
Buscar ayuda externa o intentar separarse. Opta por
luchar para que la relación salga adelante.
Sobrevalora la esperanza de cambio en su pareja
Autoinculparse por la violencia sufrida, de forma
directa o sutil (responsabilidad compartida con la
pareja).
Maltrato intermitente
con muestras de cariño
- Confusión emocional. -
Aislamiento Social y
familiar. - Luchar por
cambiarlo.
Conciencia de Violencia
incontrolable
Desesperanzada e incapaz
de salir de la situación por
ella misma. Dependencia
emocional. Resignación y la
justificación de la
permanencia en la relación
como defensa psicológica.
CONSUMO DE SUSTANCIAS
ADICTIVAS
ABUSO DE FÁRMACOS: El consumo excesivo de
medicamentos, sobre todo de analgésicos y de
psicofármacos (ansiolíticos, hipnóticos o
antidepresivos), recetados por el médico o, más
frecuentemente, consumidos en forma de autoterapia,
puede responder a un intento de superar el malestar
físico o emocional generado por una situación de
estrés crónico (Echeburúa y Corral, 1998).
DEPENDENCIA DEL ALCOHOL: El abuso de
alcohol es mucho más frecuente en mujeres
maltratadas que en el resto de la población
femenina y la cantidad de consumo
dependerá del nivel de maltrato (Clark y Foy,
2000).
CONSUMO DE DROGAS: El consumo de drogas afecta especialmente
a las mujeres maltratadas más jóvenes; según Dutton (1992), pueden
darse también otras adicciones sin drogas (a las compras, a los
juegos de azar, etcétera), así como trastornos de la impulsividad
(bulimia, cleptomanía, etcétera).
HOMICIDIO DEL
AGRESOR
EN DEFENSA PROPIA: la mujer se defiende ante
un ataque de violencia física que inició el agresor
y que surge tras muchos años de maltrato grave
(Torres y Espada, 1996; Walker, 1984).
EN SITUACIÓN DE MIEDO INSUPERABLE: en este contexto la
violencia puede estallar de forma explosiva como
consecuencia de una ira reprimida o de la percepción por
parte de la víctima de que, al estar totalmente fuera de
control el comportamiento violento del agresor, corre
peligro su propia vida o la de sus hijos ( miedo extremo como
un detonante del comportamiento agresivo).
EN SITUACIÓN INCONTENIBLE DE INDEFENSIÓN Y DE
DESESPERANZA: en estos casos la mujer, una vez agotadas
todas las salidas posibles, recurre al homicidio como último
recurso en sus intentos por acabar con la violencia y con su
interminable padecimiento (Walker, 1984).