Tras las guerras de los
Balcanes y el asesinato de
Francisco Fernando, el
heredero al trono del imperio
de los Habsburgo, se
detonaron los conflictos.
El 28 de julio de 1914 Austria
declaró la guerra a Serbia y,
en pocos días el conflicto
creció y se desplegó por mar y
tierra.
En tierra la lucha más intensa ocurrió en el
frente occidental, porque los contendientes
cavaron trincheras. En 1916 la guerra de
trincheras se transformo en una "guerra de
desgaste".
En 1917 Alemania declaró la
guerra submarina total, esto
perjudicó seriamente a los
productores de Estados Unidos
al conflicto, algo definitivo para
inclinar la balanza a favor de
las potencias aliadas.
Se considero que Alemania había
sido responsable de la guerra, en
consecuencia, perdió las colonias que
había adquirido recientemente y se
vio obligada a regresar territorios
ocupados, reducir su ejercitó y pagar
indemnizaciones.