En 1923, la figura de Mussolini y su
proyecto patriótico y nacionalista
persuadieron al rey Alfonso XIII a
instaurar una dictadura militar en
España.
El partido comunista español
consideró levantarse en armas y
derrocar a la monarquía
constitucional. Los socialistas
insistieron el la transformación de la
sociedad por la vía parlamentaria y se
opusieron al uso de la violencia.
En 1931 se realizaron elecciones. Los
republicanos, socialistas y
catalanistas se unieron y lograron el
triunfo. Promulgaron la II República
Española, elaboraron una nueva
constitución y emprendieron
reformas democráticas.
Los más conservadores,
identificados con el proyecto
fascista que entonces emprendía
Mussolini en Italia, fundaron la
Falange Española en 1933,
también organizó grupos de
choqué o Falanges para combatir
a las organizaciones e centro e
izquierda e infundir miedo entre
la población.
Durante 3 años el ejército republicano se
enfrentó al ejército nacionalista en toda
España, temiendo que el conflicto
desencadenara la Segunda Guerra Mundial,
Francia e Inglaterra no intervinieron, pero
la URSS apoyó mesuradamente al Frente
Popular.
Los Falangistas dieron un
golpe militar, ocuparon
los puestos del gobierno y
reprimieron, torturaron y
fusilaron a los opositores.
La iglesia recuperó sus
privilegios e influencia
moral en la educación y la
vida cotidiana.