Al igual que las sociedades antiguas y medievales, durante la Colonia no hubo un solo tipo de
mujer, sino tantos como castas y estamentos había. No todas cumplían las mismas funciones ni
tenían los mismos derechos.
No obstante, para la mujer de élite en América hubo ciertos
progresos respecto a la mujer medieval. A pesar de estar destinada
al hogar, cierto refinamiento hacía considerar a la mujer como
fuente de inspiración del arte y de la piedad
La mujer de la élite
Funciones
• Conservar de las tradiciones castellanas, entre ellas la
religiosidad católica.
• Consolidar el modelo de familia; criar a los hijos,
prepararlos para la vida social, enseñarles valores y
modales; administrar los asuntos domésticos.
• Facilitar el traspaso de las herencias.
• Acompañar al marido en eventos sociales, ir a misa y
realizar beneficencia.
Mujer mestiza
No estuvo tan encerrada en el hogar como la
mujer de élite
debía dedicarse a labores productivas fuera de
su casa como sirvienta, lavandera, costurera,
pulpera, lo que hizo que tuviese un mayor
contacto con el mundo externo.
Al no estar sometida a una estructura de
herencias y apellidos, pudo casarse por
sentimiento y no por conveniencia.
Mujer indígena
El rol de las indígenas
dependió de si
pertenecían a la nobleza
prehispánica o no.
A falta de hombre, muchas
mujeres indígenas quedaron
solas, por lo que tuvieron que
buscar trabajo.
Además de emplearse en labores
domésticas y manuales, también
fueron activas en el comercio y
desempeñaron un rol fundamental
en la transmisión de la cultura
indígena a las nuevas generaciones.
Esclava negra
Era la que en peores
condiciones vivía, inclusive
peor que las indígenas y
mestizas.
Era propiedad de una blanca
casada, para quien
desempeñaba labores de
matrona, panadera y
lavandera.
Aunque podía tener su pareja, por
su vulnerabilidad legal con
frecuencia servía de objeto de
satisfacción sexual para los
hombres de las demás castas