1. San Hipólito, Novaciano, Tertuliano y san Cipriano Escritores Romanos
Hipolito: La misma englobó las esferas de la exégesis, de la homilética, de la apologética y polémica, de
la Cronología y del derecho canónico. Sus escritos han llegado hasta nosotros de manera tan
fragmentaria que es difícil obtener a partir de ellos una noción exacta y precisa de su importancia
intelectual y literaria. En cuanto a sus trabajos de exégesis, los mejor preservados son el "Comentario
sobre el profeta Daniel" y el "Comentario sobre el Cantar de los Cantares."
Novaciano o Novato: La doctrina conocida como novacianismo que niega la absolución de los lapsos y
afirma que la Iglesia no tiene poder para dar la paz a los que renegaron de la fe en la persecución y a
los que cometieron algún pecado mortal.
Tertuliano continuó su lucha contra la herejía, especialmente con el Gnosticismo; y por las obras
doctrinales producidas llegó a ser maestro de Cipriano de Cartago, el predecesor de Agustín, y el
fundador de la teología latina.
Cristología Tertuliano considera al Logos de Dios (Sermo o Verbum) como Dios en sentido derivado,
por ser de la misma sustancia de Dios; Dios que viene de Dios como luz que proviene del sol.
Apologética 1. Apologeticus pro Christianis. 2. Dissertatio Mosheim in Apol. 3. Libri duo ad Nationes. 4.
De Testimonio animae. 5. Ad Martyres. 6. De Spectaculis. 7. De Idolatria. 8. Accedit ad Scapulam liber.
9. Dissertatio D. Le Nourry in Apologet. libr. II ad Nat. et libr. ad Scapulam. Polémica 1. De Oratione. 2.
De Baptismo. 3. De Poenitentia. 4. De Patientia. 5. Ad Uxorem libri duo. 6. De Cultu Feminarum lib. II.
Dogmática 1. De Corona Militis. 2. De Fuga in Persecutione. 3. Adversus Gnosticos Scorpiace. 4.
Adversus Praxeam. 5. Adversus Hermogenem. 6. Adversus Marcionem libri V. 7. Adversus
Valentinianos. 8. Adversus Judaeos. 9. De Anima. 10. De Carne Christi. 11. De Resurrectione Carnis.
Sobre moralidad 1. De velandis Virginibus. 2. De Exhortatione Castitatis. 3. De Monogamia. 4. De
Jejuniis. 5. De Pudicitia. 6. De Pallio.
Cipriano: El concilio apoyó a Cipriano y condenó a Felicísimo, aunque no se conservan actas del mismo.
Los libellatici, es decir, cristianos que habían obedecido al emperador, serían readmitidos tras
arrepentimiento sincero, pero los que habían tomado parte en sacrificios al emperador sólo podrían
volver a la Iglesia cuando estuvieran cerca de la muerte.
La Iglesia católica moderna sostiene que el bautismo realizado por herejes e incluso por ateos es
válido si se realiza de acuerdo con las formas católicas. La base de esta doctrina la articuló San Agustín
en su conflicto con los donatistas, que emplearon la autoridad de Cipriano en favor de sus tesis.
La Iglesia católica ortodoxa, en cambio, ha hecho suya la eclesiología de Cipriano, y rechaza en su
doctrina oficial la existencia de bautismo y otros sacramentos fuera de la Iglesia ortodoxa
2. La Escuela Catequética de Alejandría: Orígenes
llamada Didaskálion, fue uno de los centros teológicos de los primeros siglos del cristianismo, ubicada
en la ciudad de Alejandría. Tuvo escuelas filiales en Cesarea de Palestina y en Panfilia. Esta escuela fue
fundada aproximadamente hacia el año 180 por Panteno, pero sus orígenes son probablemente
anteriores, algunos los remontan hasta San Marcos el Evangelista; en ella enseñaron grandes teólogos
y Padres de la Iglesia. Su método de estudio fue simbólico-alegórico, opuesto a los métodos literales
propugnados por la Escuela de Antioquía.
La filosofía de la Escuela Orígenes. El escepticismo y los sofistas ponían en tela de juicio las doctrinas
pitagóricas, académicas y peripatéticas, y luchaban por imponerse el estoicismo, el epicureísmo y el
escepticismo. Sobre estas competiciones triunfaban los idealistas y los eclécticos (E. Zeller, Die
Philosophie der Griechen, III b, 7 ed. Leipzig 1923, 251). El centro de estos movimientos filosóficos era
Alejandría. Como en sus puertos se mezclaban las mercancías del Oriente y del Occidente, así en sus
escuelas se reunían maestros y discípulos de todo el Imperio romano.
El triunfo sobre el gnosticismo lo consiguió la escuela cristiana de Alejandría, apoyándose en la razón y
en la fe. La razón investiga la verdad, siguiendo los principios de la filosofía griega; pero sobre ella está
la fe, de la que pensaban así:
1. La materia de la fe nos la impone la Revelación divina; el espíritu humano puede alcanzarla,
apropiársela y explicarla, pero no puede incrementarla sustancialmente ni mudarla.
2. La ciencia no puede engrandecer ni elevar la certeza que la fe comunica, ni la materia de la misma
fe; pero sí puede lograr una explicación más perfecta de la forma con que se presenta al
entendimiento.
3. La fe, base inmutable y regla de la ciencia, es el punto de partida del conocimiento de lo divino; ella
suministra los principios que no tienen necesidad de prueba, porque se apoyan en la infalibilidad y
veracidad de Dios revelante.
4. La fe atisba los rayos de verdad que puede haber en las enseñanzas paganas, y se fundamenta en la
Sagrada Escritura y en la Tradición de la Iglesia.
5. Verdad revelada y ciencia verdadera no pueden oponerse, porque tienen una fuente común, el
Verbo de Dios. Por eso el Didaskallion no tiene miedo a la ciencia, ni a la exégesis judía, sino que se
sirve de ellas. La filosofía tiene parte de verdad, pero hay que robustecerla con la prestación de toda la
verdad, que se halla en el cristianismo.
Teología de los Maestros posteriores: las dos épocas de la Escuela
San Atanasio. En el centro de la enseñanza enciclopédica los doctores alejandrinos pusieron la ciencia
de Dios, la Teología. No llegaron a una síntesis en el método teológico, pero entroncaron esta ciencia
con los saberes humanos, y esto lo alcanzaron por dos caminos: concibiendo la ciencia profana como
un pórtico de la verdadera sabiduría; y considerando las verdades de la fe como principios de síntesis,
que robustecen la inteligencia humana.
Orígenes (en griego, Ὠριγένης [Ōrigénēs] (Hijo de Horus); en latín, Origenes Adamantium en algunos
textos antiguos, también Horigenes o bien Orígenes; (Alejandría, 185 - Tiro o Cesarea Marítima, 254) es
considerado un padre de la Iglesia oriental, destacado por su erudición y, junto con San Agustín y
Santo Tomás, uno de los tres pilares de la teología cristiana.
El 11 de junio de 2012 se anunció el descubrimiento del texto original de una colección de 29 homilías
inéditas de los salmos de Orígenes en el manuscrito Monacensis graecus 314 del siglo XI, descubierto
por la investigadora italiana Marina Molin Pradel en la Bayerische Staatsbibliothek de Múnich. Las
homilías no llevan el nombre del autor, probablemente a causa de la damnatio memoriae con que fue
castigado Orígenes.
La teodicea Clemente de Alejandría. Frente a los intentos de reconstrucción de una religión y de una
moral puramente natural, la teología cristiana afirma sus principios primitivos con el marchamo de la
Revelación, manifestada en los libros santos y en la tradición sobrenatural, lo cual supone no ya sólo
una doctrina filosófica, sino también una ciencia teológica.
Antropología: Frente al determinismo de los gnósticos, Clemente y Orígenes defienden la libertad humana: el bien y
el mal no están inherentes ni en el espíritu ni en la materia, sino en el uso que se hace del libre
albedrío. Otro punto que luego influirá grandemente en la moral de San Agustín y en la Escolástica es
la idea del orden natural, norma de nuestras acciones.
3. La Escuela Catequética de Antioquia: San Luciano
En Antioquía, el objetivo de la investigación escriturística era descubrir el sentido más obvio; en
Cesárea o en Alejandría, por el contrario, la atención iba dirigida a las figuras de Cristo. Una parte
acusaba a la alegoría de destruir el valor de la Biblia como historia del pasado y convertirla en una
fábula mitológica; la otra llamaba "carnales" a todos los que se adherían a la letra.
San Luciano de Antioquía Sacerdote de la Iglesia de Antioquía que sufrió el martirio (7 de enero de
312), durante el reinado de Maximino Daza. Según la tradición conservada por Suidas, Luciano nació
en Samosata, de padres piadosos, y fue educado en la ciudad vecina de Edesa en la escuela de un
cierto Macario. No se le puede dar mucho crédito a estas aseveraciones, que no son corroboradas por
ningún otro autor; muy probablemente Suidas confundió la historia de Luciano con la de su famoso
homónimo, el pagano satírico del siglo anterior. Sin embargo, la confusión es fácilmente perdonable,
pues ambos poseían los mismos rasgos intelectuales y el mismo amor por la exactitud literal cortante.
PADRES DE LA IGLESIA DEL SIGLO IV (EDAD DE ORO)
1. El siglo IV griego
Atanasio de Alejandría (Ἀθανάσιος Ἀλεξανδρείας [Athanásios Alexandrías]) fue obispo de Alejandría,
nacido alrededor del año 296 y fallecido el 2 de mayo del año 373. Nació en el ambiente cosmopolita
de Alejandría, donde recibió su formación filosófica y teológica. No se sabe nada de los primeros
treinta años de su vida salvo que, en el año 320, con veinticuatro años, fue ordenado diácono.
Así fue detenido y desterrado hasta cinco veces, en las siguientes fechas: 1. 335-337, a Tréveris, bajo
Constantino I; 2. 339-345, a Tréveris, bajo Constancio II; 3. 356-361, al desierto egipcio, bajo Constancio
II; 4. 362-363, bajo Juliano el Apóstata 5. 365, bajo Valente.
Los Padres Capadocios
San Basilio de Cesarea (330 – 1 de enero, 379, llamado Basilio el Magno (en griego: Μέγας Βασίλειος) fue
obispo de Cesarea y preeminente clérigo del siglo IV. Es santo de la Iglesia Ortodoxa y uno de los
cuatro principales Padres de la Iglesia Griega, junto con San Atanasio, San Gregorio Nacianceno y San
Juan Crisóstomo. Basilio, Gregorio Nacianceno y Gregofio de Niza (hermano de Basilio) son
denominados Padres Capadocios. Es también santo y doctor de la Iglesia Católica. San Basilio es el
nombre que en la tradición griega lleva Papá Noel. Es él quien se cree que visita a los niños el primero
de enero (cuando tiene Basilio su festividad). Se corresponde con san Nicolás que aparece el día de
Navidad, o con los Reyes Magos, que llegan el 6 de enero.
San Cirilo de Jerusalén Cirilo de Jerusalén (en griego, Κύριλλος Α΄ Ιεροσολύμων [Kýrillos A Ierosolýmon];
en latín, Cyrillus Hierosolymitanus; 315 - 386) fue un obispo griego y miembro destacado de la
patrística. Es venerado como santo tanto por la Iglesia católica como por la Iglesia ortodoxa. En 1883
fue declarado doctor de la Iglesia.
Diodoro de Tarso (Griego: Διόδωρος; nació en siglo IV d.C., muerto hacia 392), obispo, escritor
eclesiástico y padre de la Iglesia. Fue maestro en la escuela exegética de Antioquía. Nació en Antioquía
en fecha desconocida y de familia noble. Estudió en la misma ciudad, donde fue alumno de las
enseñanzas teológicas de Silvano de Tarso y Eusebio de Emesa para luego realizar estudios clásicos en
Atenas.
Teodoro de Mopsuestia (Antioquía, hacia el 350 - 428), también conocido como Teodoro el Intérprete o
Teodoro de Antioquía, fue obispo de Mopsuestia (como Teodoro II, entre 392-428) y uno de los
teólogos más representativos de la Escuela de Antioquía.
Juan Crisóstomo (griego: Ἰωάννης ὁ Χρυσόστομος, latín: Ioannes Chrysostomus) o Juan de Antioquía
(latín: Ioannes Antiochensis; Antioquía, 347 – Comana Pontica, 14 de septiembre de 407) fue un clérigo
cristiano eminente, patriarca de Constantinopla, considerado por la Iglesia católica uno de los cuatro
grandes Padres de la Iglesia del Oriente. La Iglesia ortodoxa griega lo valora como uno de los más
grandes teólogos y uno de los tres pilares de esa Iglesia, juntamente con Basilio el Grande y Gregorio
Nacianceno. Por su formación intelectual y su origen, es el único de los grandes Padres orientales que
procede de la Escuela de Antioquía.
Eusebio Hierónimo (en latín, Eusebius Sophronius Hieronymus; en griego, Εὐσέβιος Σωφρόνιος Ἱερώνυμος)
(Estridón, Dalmacia, hacia el 340 – Belén, 30 de septiembre de 420), conocido comúnmente como san
Jerónimo, pero también como Jerónimo de Estridón o, simplemente, Jerónimo, tradujo, por encargo
del Papa Dámaso I (quien reunió los primeros libros de la Biblia en el Concilio de Roma en el año 382
de la era cristiana), la Biblia del griego y del hebreo al latín. Es considerado Padre de la Iglesia, uno de
los cuatro grandes Padres Latinos.
San Agustín Agustín de Hipona, conocido también como san Agustín o, en latín, Aurelius Augustinus
Hipponensis (Tagaste, 13 de noviembre de 354-Hippo Regius, 28 de agosto de 430), es un santo, padre
y doctor de la Iglesia católica. El «Doctor de la Gracia» fue el máximo pensador del cristianismo del
primer milenio y según Antonio Livi uno de los más grandes genios de la humanidad. Autor prolífico,
dedicó gran parte de su vida a escribir sobre filosofía y teología , siendo Confesiones y La ciudad de
Dios sus obras más destacadas.