La personalidad abarca tanto la conducta manifiesta como la
experiencia privada de la persona (sus pensamientos, deseos,
necesidades, recuerdos…).
Ciceron definió el término
personalidad, enfocándose
desde cuatro diferentes
significados:
A) la forma en cómo un
individuo aparece frente
a las demás personas
B) el papel que una
persona desempeña
en la vida
C) un conjunto de
cualidades que
comprenden al individuo
D) como sinónimo de prestigio
y dignidad, mediante el cual se
asignaba el término persona
de acuerdo con el nivel social
al que se perteneciera.
Allport (1975) asume que la personalidad
se refiere a “la integración de todos los
rasgos y características del individuo que
determinan una forma de comportarse”
Se concluyeron dos términos
primordiales en la
personalidad que son:
El temperamento
el temperamento es un fenómeno
naturalmente emocional, es decir,
que se puede presentar a causa de
factores genéticos o hereditarios,
pues los individuos reaccionan de
manera rápida e intensa ante la
estimulación ambiental y por tanto
su estado puede fluctuar de acuerdo
a las exigencias del medio.
se constituyen los tres tipos de
temperamento, y que hoy es posible
representar a través de tres dimensiones:
Ansiedad, hostilidad y extraversión
Cada una de estas dimensiones o temperamentos
están relacionados con el desarrollo de
estrategias cognitivas propias (Lluís, 2002).
El carácter
El carácter es una combinación de
sentimientos, valores y sentimientos
que un individuo va adquiriendo a lo
largo de su desarrollo a través de la
interacción, condiciones y
circunstancias externas, además
difiere en cada individuo de acuerdo
con su forma o punto de vista de
interpretar la realidad humana.
se entiende como el grado de
organización moral que posee un
individuo y que se fundamenta a través
de los juicios de valor y de una evaluación
ética que se hace de la personalidad,
depende en gran medida de la propia
experiencia de cada individuo, debido a
que cada persona se ve influenciada por
diferentes factores a su alrededor.
Su trabajo en conjunto aporta una
concepción del carácter según la cual este
cuenta con tres factores constitutivos:
Emotividad
La emotividad se suele
definir como el “estado de
conmoción psicosomática
que sufren ciertos
individuos bajo la
influencia de sucesos que
objetivamente tienen una
importancia misma". Este
rasgo sirve de base para la
clasificación de individuos
emotivos y no emotivos.
Actividad
La actividad implica dos
vertientes. Por una parte,
la necesidad gratuita de
actuar a causa de una
necesidad congénita
(comer, dormir, etc.). Por
otra, la necesidad de
eliminar todo obstáculo
que trate de oponerse a la
dirección del sujeto.
Resonancia
La resonancia hace referencia al
tiempo de impresión que nos
otorga un acontecimiento y el
tiempo necesario para la
reconstitución de la normalidad
ante dicho acto.
Según este tiempo, los sujetos
pueden ser primarios
(caracterizados por su
impulsividad, movilidad, el hecho
de consolarse o reconciliarse
rápidamente, etc.)
secundarios (quienes están
durante largos tiempos
afectados por alguna
impresión, no pueden
consolarse, tienen rencores
persistentes, etc.)
Esta disciplina se encarga de estudiar el efecto de las
diferencias individuales en personalidad sobre la
conducta. Está formada por tres tipos de modelos
teóricos:
1. Modelos internalistas
Establecen que la conducta
está determinada
básicamente por variables
personales, que constituyen
un predictor válido de dicha
conducta.
2. Modelos situacionistas
Consideran que las causas de la
conducta son externas al
individuo (paradigma
mecanicista). Ponen el énfasis
en la conducta, que es
importante en sí misma y que
es producto del aprendizaje.
3. Modelos interaccionistas
Determinan que la conducta es el
resultado de la interacción entre
variables situacionales y
personales. Estos modelos superan
el reduccionismo de los anteriores,
se trata de una “mezcla” de los dos.
Freud
Según Freud la persona posee tres estructuras
que aparecen durante el desarrollo de la vida
que son: el ello, el yo y el super yo.
Freud plantea que la
personalidad se desarrolla en
la medida en que una persona
logra satisfacer los deseos
sexuales durante el curso de
su vida, es decir, que la
personalidad está
determinada por la manera en
que se aborda cada una de las
cinco etapas psicosexuales.