La integridad, es el
equilibrio en todas las
áreas de nuestra vida.
La responsabilidad: Es el asumir las
consecuencias de todos aquellos actos que
realizamos en forma conciente e intencionada.
El valor de la puntualidad es la disciplina de estar a tiempo para cumplir
nuestras obligaciones: una cita del trabajo, una reunión de amigos, un
compromiso de la oficina, un trabajo pendiente por entregar.
Se conoce como disciplina a la capacidad que puede ser desarrollada
por cualquier ser humano y que implica, para toda circunstancia u
ocasión, la puesta en práctica de una actuación ordenada y
perseverante, en orden a obtener un bien o fin determinado.
El respeto: Es aceptar y comprender
tal y como son los demás, aceptar y
comprender su forma de pensar
aunque no sea igual que la nuestra.
La honestidad es un valor o cualidad propio de los
seres humanos que tiene una estrecha relación con los
principios de verdad y justicia y con la integridad moral.